martes, 1 de julio de 2008

Escuela de Oración. Semana XIII. Día 2º


XII Semana. Martes 1 de Julio de 2008.

En presencia de... :
Ya estamos en julio: calor, vacaciones, playa, piscina,... y campamento, por supuesto. Así que intentaré que estas oraciones sean refrescantes, un soplito de aire fresco que te ayude a ser la brisa de quienes te rodean.
Cuenta Mª Dolores López Guzmán la siguiente historia:
Una joven novicia, se acercó a la anciana abadesa y le dijo:
-Madre abadesa, no logro adentrarme en la contemplación. Cuando las campanas llaman a silencio y oración no puedo concentrarme. Los pensamientos me dispersan, la imaginación se me dispara y cualquier ruido altera mi respiración. ¿Qué puedo hacer?
La anciana abadesa sonrió con dulzura y le contestó:
-Mira las campanas. Cuando tañen, están alabando a Dios. Su replicar es su oración.
La joven novicia miró con extrañeza. La abadesa continuó:
-Proponerse metas extraordinarias conlleva prácticas complicadas.
Tras una breve pausa prosiguió:
-Cuando vayas a orar apunta a la sencillez, escucha el sonido de tus palabras, recita en voz baja el Padrenuestro una y otra vez, y llegarás a la contemplación perfecta.

Oración preparatoria (La Palabra esperada):
Recita:
Señor, concédeme estar contigo, contemplarte, escucharte, sentirte... concédeme conocimiento interno de tu Hijo, que por mí se hizo hombre, para que mas le siga y le ame.

El texto (la Palabra escuchada):
Mientras estaban allí, se le cumplieron los días del alumbramiento y dio a luz a su hijo primogénito. Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el albergue.
Lc 2, 6-7
Composición de lugar (la Palabra comprendida):
Ayer nos sentíamos el borrico llevando a Jesús. Hoy vamos a sentirnos el pesebre. Es pobre, aparentemente no sirve para nada, no tiene la belleza de los comedores ni de los palacios, es un simple pesebre donde comen los animales. Su función no es ni siquiera para los hombres. Pero esa noche está de fiesta. El Hijo de Dios va a reposar en él. Dios que siempre escoge a lo pequeño y lo que no cuenta como María y José, ha escogido al pobre pesebre para ser el primer altar del Hijo de Dios. Este es el altar, el lugar donde Dios se manifiesta a los hombres. El pesebre es más pobre que el impresionante Sinaí, donde Dios se manifestó a Moisés y que el Templo de Jerusalén, construído por Salomón en el periodo de mas esplendor. Sin embargo él es el lugar escogido por Dios para descansar en su primera noche entre nosotros como recién nacido. Allí será adorado por los que no cuentan para el pueblo de Israel, los pastores que viven fuera de las ciudades, marginados y los Magos, los extranjeros que viven fuera de la Tierra Prometida, a quienes se les priva celebrar la gran fiesta judía, la Pascua.
Hoy siente que eres tú el pesebre. Mírate, mira tu pobreza, tu pequeñez, tus pocas habilidades, tus pecados, tu falta de vivir la fe y de santidad. Es a ti a quien María, la Iglesia, se dirige para depositar al Hijo de Dios. Cada vez que comulgas, cada vez que escuchas la Palabra de Dios, Él viene a posarse en ti. Siente que eres el pesebre. Con la imaginación contempla a María dando a luz, contémplala levantándose y ofreciéndote a Jesús. ¿No sientes el calor de su cuerpecillo frágil? Como la madre después de dar a luz y haber pasado por uno de los sufrimientos más fuertes que vive un ser humano, al tocar al hijo olvida los dolores y siente un gran gozo, siente lo mismo, Jesús está cerca de ti, como lo cantamos de niño.
Coloquio:
En tu corazón dile que quieres ser un pesebre y quieres que el campamento sea el pesebre donde el Niño Jesús descanse y duerma.

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