viernes, 25 de julio de 2008

Evangelio del Domingo: XVII Tiempo Ordinario


Lectura del primer libro de los Reyes 3, 5. 7-12

En aquellos días, el Señor se apareció en sueños a Salomón y le dijo:- «Pídeme lo que quieras.»Respondió Salomón:- «Señor, Dios mío, tú has hecho que tu siervo suceda a David, mi padre, en el trono, aunque yo soy un muchacho y no sé desenvolverme. Tu siervo se encuentra en medio de tu pueblo, un pueblo inmenso, incontable, innumerable. Da a tu siervo un corazón dócil para gobernar a tu pueblo, para discernir el mal del bien, pues, ¿quién sería capaz de gobernar a este pueblo tan numeroso?»Al Señor le agradó que Salomón hubiera pedido aquello, y Dios le dijo:- «Por haber pedido esto y no haber pedido para ti vida larga ni riquezas ni la vida de tus enemigos, sino que pediste discernimiento para escuchar y gobernar, te cumplo tu petición: te doy un corazón sabio e inteligente, como no lo ha habido antes ni lo habrá después de ti.»Palabra de Dios

Salmo responsorial

Sal 118, 57 y 72. 76-7'7. 127-128. 129-136R.

¡Cuánto amo tu voluntad, Señor!


Mi porción es el Señor;

he resuelto guardar tus palabras.

Más estimo yo los preceptos de tu boca

que miles de monedas de oro y plata. R.


Que tu bondad me consuele,

según la promesa hecha a tu siervo;

cuando me alcance tu compasión, viviré,

y mis delicias serán tu voluntad. R.


Yo amo tus mandatos

más que el oro purísimo;

por eso aprecio tus decretos

y detesto el camino de la mentira. R.


Tus preceptos son admirables,

por eso los guarda mi alma;

la explicación de tus palabras ilumina,

da inteligencia a los ignorantes. R.

Segunda lectura

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 8, 28-30

Hermanos:Sabemos que a los que aman a Dios todo les sirve para el bien: a los que ha llamado conforme a su designio.A los que había escogido, Dios los predestinó a ser imagen de su Hijo, para que él fuera el primogénito de muchos hermanos.A los que predestinó, los llamó; a los que llamó, los justificó, a los que justificó, los, glorificó.

Palabra de Dios

Aleluya

Mt 11, 25Bendito seas, Padre, Señor de cielo y tierra,porque has revelado los secretos del reino a la gente sencilla.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Mateo 13, 44-52

En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente:- «El reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo.El reino de los cielos se parece también a un comerciante en perlas finas que, al encontrar una de gran valor, se va a vender todo lo que tiene y la compra.El reino de los cielos se parece también a la red que echan en el mar y recoge toda clase de peces: cuando está llena, la arrastran a la orilla, se sientan, y reúnen los buenos en cestos y los malos los tiran.Lo mismo sucederá al final del tiempo: saldrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos y los echarán al horno encendido. Allí será el llanto y el rechinar de dientes.¿Entendéis bien todo esto?»Ellos le contestaron:- «Sí.»Él les dijo:«Ya veis, un escriba que entiende del reino de los cielos es como un padre de familia que va sacando del arca lo nuevo y lo antiguo.»

Palabra del Señor
Comentario junior:
Queridos amigos:
Concluído el campamento, vale la pena preguntarse, ¿he encontrado allí la perla preciosa? Pero ¿cuál es esta perla preciosa, ese tesoro escondido?
Es evidente que no son los amigos, ni los buenos momentos pasados en Terriente, tampoco los juegos, muy bien realizados, por cierto, ni las dinámicas, ni lo fueron las dos excursiones a Albarracín y a la Expo, donde por cierto, los pabellones de la Comunidad Valenciana y de la Santa Sede eran dos tesoros bien escondidos.
Dentro del cofre precioso que entre todos hemos construído se encontraba el tesoro, entre las muchas perlas preciosas con las que nos hemos encontrado (cada uno recuerda los buenos momentos vividos allí, las lágrimas por la partida, las canciones, las comidas, los ratos de diversión,...), allí se encontraba el tesoro escondido, la perla de gran valor: Jesús.
Y Jesús no es sólo una persona, es un proyecto de vida, que el llamó Reino de los cielos y nosotros hemos traducido en el estilo de vida junior. Ese es el tesoro escondido del campamento, la perla de gran valor.
Por eso, cuando ha concluido el campamento, cuando llevamos unos años en el Centro Junior, cabe preguntarnos si realmente lo es.
¿Queréis saber si lo es o no? ¿Te llena de alegría encontrarte con Jesús en el campamento y en el Centro Junior? ¿Sí o no?
Quitemos del crismón la P, la X y la llama y el crismón quedará vacío, sin un centro claro que nos una. Quitemos de nuestro centro a Cristo (X) Redentor (P) que nos ilumina con la llama del Evangelio y nuestro centro quedará vacío, sin un centro que lo dinamice.
Pero hay mas, el que lo encuentra va y vende lo que tiene para tener solo este tesoro. Evidentemente ser monitor y educador significa vender, perder mucho de ti, como lo has hecho en el campamento. Has perdido tu tiempo, tus buenos ratos con tu familia y tus amigos, en el hogar, en la peña, en la piscina,... Tú ya has vendido parte de tu tiempo por el junior, es decir, por el Reino de Dios que se anuncia a través del Centro Junior, por Jesús con quien estamos en las actividades del Centro. ¿Qué más estás dispuesto?
Eres jóven y ahora es el momento. A partir de los treinta años uno piensa más en sí mismo que en proyectos ideales, salvo las excepciones y perdonadme los que ya habéis superado esta edad, los santos muchas veces hicieron las grandes renuncias en su madurez. Pero me dirijo a los jóvenes. El jóven sueña y tiene ideales, está dispuesto a perderlo todo por un ideal que le entusiasma.
Así pues, ¿es el Evangelio tu ideal?

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