jueves, 24 de julio de 2008

Sidney 2008. Vigilia con los jóvenes (19 Julio)


VIGILIA CON LOS JÓVENES
DISCURSO DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI

Hipódromo de RandwickSábado 19 de julio de 2008
Queridos jóvenes

1.¿Cuáles han sido las palabras que se han escuchado la tarde de la vigilia?
La gran promesa de Cristo, “cuando el Espíritu Santo descienda sobre vosotros, recibiréis fuerza” y su mandato “seréis mis testigos hasta los confines del mundo”. Es decir, las últimas palabras que Cristo pronunció antes de su ascensión al cielo.

2.¿A qué impulso a los apóstoles su amor profundo por Jesús y la confianza en su palabra?
Los impulsó a reunirse y esperar en la sala de arriba, pero no una espera sin un sentido, sino juntos, unidos en la oración, con las mujeres y con María (Hch 1, 14).

3.¿Qué nos pide el Papa?
Acoged en vuestro corazón y en vuestra mente los siete dones del Espíritu Santo. Reconoced y creed en el poder del Espíritu Santo en vuestra vida.

4.¿Dónde ponemos nuestra atención esta tarde?
En el “cómo” llegar a ser testigos.

5.¿Es fácil comprender el Espíritu Santo?
No, pues la diversidad de imágenes que encontramos en la Escritura sobre el Espíritu – viento, fuego, soplo,... – ponen de manifiesto lo difícil que nos resulta tener una comprensión clara de él. Y, sin embargo, sabemos que el Espíritu Santo es quien dirige y define nuestro testimonio sobre Jesucristo, aunque de modo silencioso e invisible.

6.¿Cómo se manifiesta la división que sufre nuestro mundo?
En la explotación o el abuso de las personas, en el profeso de fragmentación por culpa de un modo de pensar que por su naturaleza tiene una visión reducida, en el relativismo que no es capaz de ver el cuadro en su totalidad, ignorando los principios mismos que nos hacen capaces de vivir y de crecer en la unidad, en el orden y en la armonía.

7.¿Cuál es nuestra respuesta a un mundo dividido y fragmentario? ¿Cómo podemos ofrecer esperanza de paz, restablecimiento y armonía a esas estaciones de conflicto, sufrimiento y tensión?
La unidad y la reconciliación no se pueden alcanzar sólo con nuestros esfuerzos. Dios nos ha hecho el uno para el otro y sólo en Dios y en su Iglesia podemos encontrar la unidad que buscamos.

8.¿Hay alguna tentación?
Sí, la tentación de construir artificialmente una comunidad perfecta, separando el Espíritu Santo de Cristo, presente en la estructura institucional de la Iglesia, yendo por libre y oponiendo comunidad local frente a iglesia institucional.

9.¿Qué preguntas nos plantea el Papa?
Queridos jóvenes, ¿acaso no es gracias a vuestra fe que amigos en dificultad o en búsqueda de sentido para sus vidas se han dirigido a vosotros? ¿Sois capaces de oír, a través de las disonancias y las divisiones del mundo, la voz acorde de la humanidad? Desde el niño abandonado en un campo de Darfur a un adolescente desconcertado, a un padre angustiado en barrio periférico cualquiera.
10.¿Quién puede satisfacer el deseo humano esencial de ser uno, estar inmerso en la comunión, de estar edificado y ser guiado a la verdad?
El Espíritu Santo. Enriquecidos con los dones del Espíritu, tendréis la fuerza de ir más allá de vuestras visiones parciales, de vuestra utopía, de la precariedad fugaz, para ofrecer la coherencia y la certeza del testimonio cristiano.

11.¿Cuál es la labor del Espíritu Santo?
El Espírit creador es la fuerza de Dios que da la vida a toda la creación y es la fuente de vida nueva y abundante en Cristo; mantiene a la Iglesia unida a su Señor y fiel a la tradición apostólica; inspira las Sagradas Escrituras y guía al Pueblo de Dios hacia la plenitud de la verdad; es el dador de vida que nos conduce al corazón mismo de Dios.

12.¿Qué ocurre cuanto más nos dejamos guiar por el Espíritu?
Tanto mayor será nuestra configuración con Cristo y tanto más profunda será nuestra inmersión en la vida de Dios uno y trino.

13.¿Podemos tener la tentación de buscar una cierta satisfacción fuera de Dios?
Sí, Jesús mismo preguntó a los Doce: “¿También vosotros queréis marcharos?” (Jn 6, 67). Este alejamiento puede ofrecer tal vez la ilusión de la libertad.

14.Sin embargo, ¿qué ocurre en nuestro corazón?
Alejarnos de Él es solo un intento vano de huir de nosotros mismos. Dios está con nosotros en la vida real, no es la fantasía.

15.En esos momentos, ¿cómo actúa el Espíritu Santo?
El Espíritu Santo, con delicadeza, pero también con determinación, nos atrae hacia lo que es real, duradero y verdadero. El Espíritu es quien nos devuelve a la comunión con la Santísima Trinidad.

16.A pesar de todo, el Espíritu Santo ha sido la Persona olvidada de la Santísima Trinidad. ¿Le ha pasado lo mismo al Papa en su vida?
Sí, cuando era pequeño, mis padres, como los vuestros, me enseñaron el signo de la Cruz y así entendí pronto que hay un Dios en tres Personas, y que la Trinidad está en el centro de la fe y de la vida cristiana. Cuando crecí lo suficiente para tener un cierto conocimiento de Dios Padre y de Dios Hijo –los nombres ya significaban mucho – mi comprensión de la Tercera Persona de la Trinidad seguía siendo incompleta.

17.¿Quién le ayudó a conocer al Espíritu Santo?
San Agustín. De joven había seguido el Maniqueísmo, que era uno de aquellos intentos que he mencionado de crear una utopía espiritual, separando las cosas del espíritu de las de la carne. Su experiencia del amor de Dios presente en la Iglesia lo llevó a buscar su fuente en la vida de Dios uno y trino. Así llegó a tres precisas intuiciones sobre el Espíritu Santo como vínculo de unidad dentro de la Santísima Trinidad: unidad como comunión, unidad como amor duradero, unidad como dador y don.

18.¿Cuál es la cualidad peculiar del Espíritu?
La unidad de comunión vivida, una unidad de personas en relación mutua de constante entrega; el Padre y el Hijo que se dan el uno al otro. Una unidad verdadera nunca puede estar fundada sobre relaciones que nieguen la igual dignidad de las demás personas. Y tampoco la unidad es simplemente la suma total de los grupos mediante los cuales intentamos a veces definirnos a nosotros mismos.

19.¿Y la segunda intuición?
El Espíritu Santo como amor que permanece. “El Espíritu Santo nos hace vivir en Dios y Dios en nosotros; pero es el amor el que causa esto. El Espíritu por tanto es Dios como amor”. Así podemos aprender de esto que el amor es el signo de la presencia del Espíritu Santo. Las ideas o las palabras que carecen de amor, aunque parezcan sofisticadas o sagaces, no pueden ser del Espíritu.

20.¿Qué ofrece el Espíritu al mundo?
Amor que despeja la incertidumbre; amor que supera el miedo de la traición; amor que lleva en sí mismo la eternidad; el amor verdadero que nos introduce en la unidad que permanece.

21.¿Cuál es la tercera intuición?
El Espíritu Santo como don de Dios, la fuente interior que sacia de verdad nuestra sed más profunda y nos lleva al Padre. Así el Espíritu Santo es Dios que se da eternamente; al igual que una fuente perenne, él se ofrece nada menos que a sí mismo.

22.¿En qué nos parecemos a la Samaritana?
También en nosotros la búsqueda de novedades nos deja insatisfechos y deseosos de algo más. ¿A caso no estaremos buscando un don eterno? ¿La fuente que nunca se acaba? Con la Samaritana exclamamos: ¡Dame de esta agua, para que no tenga ya más sed (Jn 4,15)!

23.Desde esta reflexión, ¿qué pide el Papa a los jóvenes?
Inspirados por las intuiciones de san Agustín, haced que el amor unificador sea vuestra medida, el amor duradero vuestro desafía y el amor que se entrega vuestra misión.

24.¿Qué son los Siete Dones del Espíritu Santo: sabiduría, inteligencia, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios?
Son, como nos recuerda san Francisco de Sales, un modo de participar en el único amor de Dios – no son ni un premio ni un reconocimiento. Son simplemente dados.

25.¿Qué exigen los Siete Dones del Espíritu Santo que recibirán al día siguiente los confirmandos?
Una respuesta: Acepto.

26.¿Que es lo que constituye nuestra fe?
No es principalmente lo que nosotros hacemos, sino lo que recibimos. Después de todo, muchas personas generosas que no son cristianas pueden hacer mucho más de lo que nosotros hacemos.

27.¿Colaboran los Siete Dones en la edificación de la Iglesia?
Sí, pues nos llaman a una participación activa y gozosa en la vida de la Iglesia, en las parroquias y en los movimientos eclesiales, en las clases de religión en la escuela, en las capellanías universitarias o en otras organizaciones católicas.

28.¿Con qué criterios debe la Iglesia crecer en unidad, robustecerse en la santidad, rejuvenecer y renovarse constantemente?
Con los del Espíritu Santo. Volveos a él, queridos jóvenes, y descubriréis el verdadero sentido de la renovación.

29.¿Cuáles son los consejos que nos da el Papa?
Recordemos a nuestros padres y abuelos, que han caminado a nuestro lado cuando todavía éramos niños y han sostenido nuestros primeros pasos en la fe; dejad que sus dones os moldeen, pues estáis llamados a vivir los dones del Espíritu entre los altibajos de la vida cotidiana; madurad vuestra fe a través de vuestros estudios, el trabajo, el deporte, la música, el arte; sostenedla mediante la oraicón y alimentadla con los sacramentos, para ser así fuente de inspiración y de ayuda para cuantos os rodean; la vida no es un simple acumular, y es mucho más que el simple éxito.

30.¿Que es estar verdaderamente vivos?
Es ser transformados desde el interior, estar abiertos a la fuerza del amor de Dios.

31.¿Cuáles han de ser los signos de la grandeza de los jóvenes?
La sabiduría, la inteligencia, la fortaleza, la ciencia y la piedad.

32.¿Cómo concluye el Papa?
Con una bellísima frase de la beata Mary MacKillop, pronunciada por ella cuando tenía veintiséis años: “Cree en todo lo que Dios te susurra en el corazón”.


Texto íntegro: http://www.conferenciaepiscopal.es/ceas/juventud/sidney2008/mensajes/vigilia.html

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