miércoles, 1 de septiembre de 2010

miércoles, 4 de agosto de 2010

Nº 51. 8 de Agosto de 2010

PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de la Sabiduría 18. 6-9

La noche de la liberación
se les anunció de antemano a nuestros padres,
para que tuvieran ánimo,
al conocer con certeza la promesa de que se fiaban.
Tu pueblo esperaba ya la salvación de los inocentes
y la perdición de los culpables,
pues con una misma acción castigabas a los enemigos
y nos honrabas, llamándonos a ti.
Los hijos piadosos de un pueblo justo
ofrecían sacrificios a escondidas
y, de común acuerdo, se imponían esta ley sagrada:
que todos los santos serían solidarios
en los peligros y en los bienes;
y empezaron a entonar los himnos tradicionales.

Palabra de Dios.


MEDITACIÓN
El libro de la Sabiduría fue escrito en griego, posiblemente en Alejandría, la ciudad más importante de Egipto, foco cultural en los años en los que fue escrito, la segunda mitad del s.I.
El autor es un judío de la diáspora, es decir, aquellos que emigraron de Palestina y se insertaron en la cultura griega, asumiendo la lengua pero manteniendo viva la fe en el Dios de Israel. Así en la segunda parte (11,2-19,22) el autor compara la infidelidad de Egipto frente a Israel, comentando las plagas y el éxodo.
De este modo el fragmento proclamado este domingo nos presenta la noche de la pascua y la muerte de los primogénitos. La tesis del autor es el cumplimiento de la ley del talión: Dios castiga a quienes han oprimido a su pueblo. Puede parecernos excesivamente violento, pero hemos de meditarlo desde la situación de quienes lo escriben.
La liberación de Egipto representa la respuesta de Dios a los que sufren, a esas personas oprimidas por el yugo de la esclavitud. Así la noche de la Pascua es la noche de la esperanza de los últimos, los que han sido sometidos, esperanza en un Dios que no los ha abandonado. Y en ellos descubrimos a los pueblos y a sus miembros que en nuestro tiempo también esperan la liberación, manteniendo viva la esperanza.
Israel por otra parte nos representa a nosotros. Frente a otras formas de diversión y otro estilo de vida, nosotros estamos convencidos que la única capaz de llenar el corazón del ser humano es la que brota del Evangelio y aunque sufrimos la burla, esperamos un día descubran esta verdad.
SALMO RESPONSORIAL. Sal 32, 1 y 12. 18-19. 20 y 22 (R/.: 12b)


R/. Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad.

Aclamad, justos, al Señor,
que merece la alabanza de los buenos.
Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor,
el pueblo que él se escogió como heredad. R/.

Los ojos del Señor están puestos en sus fieles,
en los que esperan en su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y reanimarlos en tiempo de hambre. R/.

Nosotros aguardamos al Señor:
él es nuestro auxilio y escudo;
que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti. R/.
MEDITACIÓN
Con Israel: es un salmo en el que invita a los “Anawin”, es decir, los pobres, los humildes, los que en sus penalidades confían en Dios, a alabarle. A pesar de los sufrimientos los judíos creyentes siguen esperando en Dios, orgullosos de ser la nación escogida en quienes Dios ha fijado su mirada para darles vida.
Con Jesús: ¡cuántas veces se fijó Jesús en los Anawin! Él es el cumplimiento de sus esperanzas y a ellos dirige las bienaventuranzas, proclamando felices a los pobres. Por ellos da gracias al Padre que les ha revelado estas cosas a los pobres y humildes. Y este salmo es un retrato de la esperanza de Jesús, de su corazón.
Con nuestro tiempo: somos nosotros los que no creemos en Dios. Paradógicamente Occidente que tiene todo para dar gracias a Dios (alimentos, sanidad, educación, seguridad,…) se ha vuelto contra Él. Lejos de bendecirle por cuanto tiene le ha abandonado y así quienes viven en los países ricos se consideran ateos, agnósticos, no practicantes, laicistas,… y buscan apartar a Dios de la sociedad. ¿No seremos nosotros esos ricos, estómagos saciados? Pero cerca de nosotros, al otro lado del estrecho, en los cayucos y las pateras, una multitud de hombres y mujeres navegan con el rosario en el cuello o recitando versículos del Corán. Ellos confían en Dios, esperan en quien ha fijado sus ojos en ellos, a pesar de las olas que amenazan hundir la patera o de los radares que les delatan y les obligan a regresar a la miseria. Y al final, ¿dónde está Dios?
Con los juniors: muchas son las asociaciones juveniles que hay en nuestro país: deportivas, culturales, excursionistas, políticas,… El salmo nos invita a sentirnos orgullos, no tanto por el número, ni por lo bien que organizamos los campamentos, ni por el buen ambiente que hay en nuestros centros, sino porque somos un movimiento donde Dios es el Señor, un centro junior que Él se escogió como heredad. Ésta es la raíz de nuestra felicidad, de la satisfacción al concluir el campamento y el curso. El resto es importante, nos ayuda, pero secundario y relativo. Nuestro gozo está en tener a Dios como centro dinamizador, como absoluto, origen, medio y fin del movimiento junior.
Carlos G. Vallés. Busco tu Rostro. Sal Terrae.

«El Señor deshace los planes de las naciones, frustra los proyectos de los pueblos; pero el plan del Señor subsiste por siempre; los proyectos de su corazón, de edad en edad».
Estas palabras me tranquilizan, Señor, como han de tranquilizar a todos los que se preocupan por el futuro de la humanidad. Leo los periódicos, oigo la radio, veo la televisión, y me entero de las noticias que día a día pesan sobre el mundo. «Los planes de las naciones». Todo es violencia, ambición y guerra. Naciones que quieren conquistar a naciones; hombres que traman matar a hombres. Cada nueva arma en la carrera de armamentos es testigo triste e instrumento potencial de los negros pensamientos que tienen hombres en todo el mundo, de «los planes de las naciones» para destruirse, unas a otras. Desconfianza, amenazas, chantaje, espionaje... La pesadilla internacional de la lucha por el poder en el mundo, que amenaza a la existencia misma de la humanidad.
Ante la evidencia brutal de violencia en todo el mundo, hombres de buena voluntad sienten la frustración de su impotencia, la inutilidad de sus esfuerzos, la derrota del sentido común y la desaparición de la cordura del escenario internacional. «Los planes de las naciones» traen la miseria y la destrucción a esas mismas naciones, y nada ni nadie parece poder parar esa loca carrera hacia la autodestrucción. Más aún que la preocupación por el futuro, lo que entristece hoy a los hombres que piensan es la pena y la sorpresa de ver la estupidez del hombre y su incapacidad de entender y aceptar él mismo lo que le conviene para su bien. ¿Cuándo parará esta locura?
«El Señor deshace los planes de las naciones». Esa es la garantía de esperanza que alegra el alma. Tú no permitirás, Señor, que la humanidad se destruya a sí misma. Esos «planes de las naciones», en su edición inicial, eran los planes de los reinos vecinos de Israel para destruirlo y destruirse unos a otros. Y esos planes fueron desarticulados. La humanidad sigue viva. La historia continúa. Es verdad que en esa historia continúan los planes de las naciones para destruirse unas a otras, pero también continúa la vigilancia del Señor que aleja el brazo de la destrucción de la faz de la tierra. El futuro de la humanidad está a salvo en sus manos.
Contra «los planes de las naciones» se alzan «los planes de Dios», y ése es el mayor consuelo del hombre que cree, cuando piensa y se preocupa por su propia raza. No conocemos esos planes, ni pedimos que se nos revelen, ya que nos fiamos de quien los ha hecho, y nos basta saber que esos planes existen. Siendo los planes de Dios, han de ser favorables al hombre y han de ser llevados a cabo sin falta. Esos planes protegerán a cada nación y defenderán a cada individuo de mil maneras que él no conoce ahora, pero que descubrirá un día en la alegría y la gloria de la salvación final. La victoria de Dios será, en último lugar, la victoria del hombre y la victoria de cada nación que a sus planes se acoja. Los planes de Dios son el comienzo sobre la tierra de una eternidad dichosa.
«El plan del Señor subsiste por siempre; los proyectos de su corazón, de edad en edad». La historia de la humanidad en manos de su Creador.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta a los Hebreos 11, 1-2. 8-19
Hermanos:
La fe es seguridad de lo que se espera, y prueba de lo que no se ve.
Por su fe, son recordados los antiguos.
Por fe, obedeció Abrahán a la llamada y salió hacia la tierra que iba a recibir en heredad. Salió sin saber adónde iba.
Por fe, vivió como extranjero en la tierra prometida, habitando en tiendas —y lo mismo Isaac y Jacob, herederos de la misma promesa—, mientras esperaba la ciudad de sólidos cimientos cuyo arquitecto y constructor iba a ser Dios.
Por fe, también Sara, cuando ya le había pasado la edad, obtuvo fuerza para fundar un linaje, porque juzgó digno de fe al que se lo prometía.
Y así, de uno solo y, en este aspecto, ya extinguido, nacieron hijos numerosos como las estrellas del cielo y como la arena incontable de las playas.
Con fe murieron todos éstos, sin haber recibido lo prometido; pero viéndolo y saludándolo de lejos, confesando que eran huéspedes y peregrinos en la tierra.
Es claro que los que así hablan están buscando una patria; pues, si añoraban la patria de donde habían salido, estaban a tiempo para volver.
Pero ellos ansiaban una patria mejor, la del cielo. Por eso Dios no tiene reparo en llamarse su Dios: porque les tenía preparada una ciudad.
Por fe, Abrahán, puesto a prueba, ofreció a Isaac; y era su hijo único lo que ofrecía, el destinatario de la promesa, del cual le había dicho Dios:
«Isaac continuará tu descendencia.»
Pero Abrahán pensó que Dios tiene poder hasta para hacer resucitar muertos.
Y así, recobró a Isaac como figura del futuro.

Palabra de Dios.
MEDITACIÓN:
En su cuarta parte el autor de la carta a los Hebreos ofrece a los cristianos perseguidos y por tanto desconcertados el ejemplo de Abraham y Sara como modelos de hombre y mujer de fe. Ciertamente la fe no es saber cosas de Dios, es esperar en él a pesar de que las circunstancias, como ocurrió en tiempos de los patriarcas y los primeros cristianos, contradigan esta esperanza.
Fe es creer en lo humanamente imposible, de ahí la grandeza de la fe. Pues los hombres y mujeres movemos nuestra vida desde esta esperanza. Los grandes personajes de la historia creyeron en las utopías porque tenían fe en Dios, lo esperaban todo en él. Pensemos en Martin Luther King u Oscar Romero.
EVANGELIO
+ Lectura del santo evangelio según san Lucas 12, 32-48
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
— «No temas, pequeño rebaño, porque vuestro Padre ha tenido a bien daros el reino.
Vended vuestros bienes y dad limosna; haceos talegas que no se echen a perder, y un tesoro inagotable en el cielo, adonde no se acercan los ladrones ni roe la polilla. Porque donde está vuestro tesoro allí estará también vuestro corazón.
Tened ceñida la cintura y encendidas las lámparas. Vosotros estad como los que aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle apenas venga y llame.
Dichosos los criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela; os aseguro que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y los irá sirviendo.
Y, si llega entrada la noche o de madrugada y los encuentra así, dichosos ellos.
Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón, no le dejaría abrir un boquete.
Lo mismo vosotros, estad preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre.»
Pedro le preguntó:
— «Señor, ¿has dicho esa parábola por nosotros o por todos?»
El Señor le respondió:
— «¿Quién es el administrador fiel y solícito a quien el amo ha puesto al frente de su servidumbre para que les reparta la ración a sus horas?
Dichoso el criado a quien su amo, al llegar, lo encuentre portándose así. Os aseguro que lo pondrá al frente de todos sus bienes.
Pero si el empleado piensa: “Mi amo tarda en llegar”, y empieza a pegarles a los mozos y a las muchachas, a comer y beber y emborracharse, llegará el amo de ese criado el día y a la hora que menos lo espera y lo despedirá, condenándolo a la pena de los que no son fieles.
El criado que sabe lo que su amo quiere y no está dispuesto a ponerlo por obra recibirá muchos azotes; el que no lo sabe, pero hace algo digno de castigo, recibirá pocos.
Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá; al que mucho se le confió, más se le exigirá.»
Palabra del Señor.

MEDITACIÓN
El evangelio de este domingo comienza con una imagen impregnada de ternura. Jesús se refiere a nosotros como pequeño rebaño y ciertamente en nuestra sociedad, dejando atrás los siglos de las grandes multitudes, los seguidores de Jesús somos una minoría, un pequeño rebaño. Y al igual que los anawin de la primera lectura hemos de ser conscientes de la pequeñez y a la vez de la presencia de Dios. El número es relativo, lo que importa es estar unido a Jesús, vivir el gozo de saber que somos pequeños pero de Dios, quien nos ha dado el Reino para que como la levadura germine a través de nosotros en la sociedad.
Pero para que el Reino germine en la sociedad, primero ha de arraigar en nosotros, por lo que hemos de compartir con los demás. El amor a Dios y a los necesitados es inseparable. Descubrir en Cristo nuestro tesoro nos lleva a ser desprendidos con lo que para nosotros es lo más importante.
A continuación cambia la temática, centrándose ésta en la necesidad de la vigilancia y para ello se sirve de tres cortas parábolas:
La primera se refiere a la venida de Jesús, al paso de Dios por nuestra vida. Como el pueblo de Israel en la noche de la Pascua hemos de estar despiertos para acogerle. Pero a diferencia de los señores de la tierra, Jesús que es el Señor, cuando venga si nos encuentra vigilantes no se sentará en la mesa para que le sirvamos. Él nos hará sentar a la mesa y nos servirá. En la tarde del Jueves Santo Jesús lavó los pies a los apóstoles.
La segunda compara la venida de Jesús a la de un ladrón, invitando a los oyentes a permanecer en alerta.
La tercera nos presenta a dos criados que suplen las funciones del amo en ausencia de éste. Uno es responsable y respeta a la servidumbre, el otro se aprovecha de la ausencia.
De este modo Jesús nos invita a estar vigilantes. Nuestro presente hemos de construirlo desde esta actitud, sabiendo que Él un día, en la noche de la muerte, llegará y nos exigirá que le rindamos cuentas. Sin vivir aterrorizados, pero sí responsablemente.
Por otra parte nosotros somos educadores y por tanto en el centro junior Jesús, a través del consiliario nos da una responsabilidad. Ante ella podemos actuar como el criado fiel, tratando de cumplir con nuestras obligaciones o ser como el criado infiel que se aprovecha de su condición de educador.

LOS SANTOS PADRES
Es un pequeño rebaño para el mundo, pero es grande para Dios. Pequeño, porque Él ha instruido con la inocencia del cordero y la mansedumbre cristiana a aquellos que llama gloriosos.
Pedro Crisólogo

¿Qué significa mantener las lámparas encendidas? Brillar y afanarse en buenas obras, lo que es propio de la justicia.
Agustín

Para nosotros hay tres edades. La primera es la infancia, la segunda es la edad adulta y la tercera es la ancianidad. Ahora bien, la primera de ellas, enn la que aún somos niños, no es llamada por Dios a rendir cuentas, sino que es juzgada como digna de perdón en razón de la inocencia del alma y por la debilidad del entendimiento. La segunda y la tercera deben obediencia y piedad de vida a Dios de acuerdo a su voluntad.
Cirilo de Alejandría


ORACIÓN DESDE LA METODOLOGÍA JUNIOR.

Experiencia:
Contempla esta imagen. Es un cofre, es el tesoro de tu vida. Intenta con las manos abrirlo y con la imaginación ver lo que hay dentro: lo más importante de tu vida, por lo que morirías, aquello que te llevarías a una isla desierta, lo que perderlo te haría entrar en un túnel oscuro. Míralo bien, entre en tu corazón y descubre lo que realmente te importa en tu vida, por lo que vives, luchas y te sacrificas. Una vez lo hayas encontrado separa las personas de las cosas materiales: ¿cuáles son esas cosas que tienen un gran valor para ti y que si te las robasen te llevarías un gran disgusto?, ¿de cuáles de ellas estás dispuesto a prescindir?
Reflexión.-
Toma la Biblia en tus manos. Si no la tienes cerca, mejor. Ve y búscala como si fuese un tesoro. Acércate a ella de igual manera, como si fuese la primera vez que encuentras este libro del que te han hablado muy bien, con admiración y curiosidad. Ábrela como quien abre un cofre y busca el evangelio del domingo (la cita se encuentra en la transcripción de éste), lenta y pausadamente. Comienza a leer hasta que encuentres la frase “donde está tu tesoro allí está tu corazón” o semejante. Cierra los ojos, repite varias veces esta frase de Jesús y piensa: ¿cuál es mi tesoro?, ¿para Jesús cuál ha de ser mi tesoro? Deja que la palabra vaya impregnando tu alma. ¿Forma Jesús parte del tesoro de tu vida? ¿está dentro o fuera del cofre? Jesús nunca va sólo, Él nos remite a los demás. En el evangelio comienza invitándonos a compartir y concluye exigiéndonos ser responsables en nuestra tarea como educadores. Tú en sí mismo eres un tesoro para Dios, pero no lo eres para ti mismo, sino para los demás. ¿Cuáles son tus riquezas (carácter abierto, preparación, formación, espíritu ecologista, madurez, serenidad ante los conflictos,…), ¿los compartes con los demás? ¿en el campamento a quién te has parecido más al criado fiel o al criado infiel? Si vas a emprender el campamento, ¿con qué actitud vas, con la de pasártelo bien, sentirte querido por los niños del grupo y disfrutar con el equipo de educadores que consideras tus mejores amigos o la de trabajar y dar todo lo que puedas de ti mismo?
Compromiso.-
Jesús te invita a compartir. Lleva tus manos al bolsillo, ¿cuánto dinero llevas? Después de la oración separa la cantidad que desees y dalo a las personas necesitadas a través de Cáritas u otra institución.
Celebración:
Lleva tus manos al corazón y repite al ritmo de los latidos: Jesús, tú eres mi tesoro.

Oración.


Señor,
comienza el mes de agosto
atrás queda el curso
y el campamento.
Son días de descanso,
y tú sigues llamándome,
Tú no descansas,
de noche y de día
velas por mi vida.
Me llamas a continuar tu obra
la que iniciaste hace dos mil años,
la que soñaba con un mundo
donde uno sólo fuese el Padre
y todos viviésemos como hermanos.
Tú me llamas a buscarte a ti
en los días cálidos de agosto,
a encontrarte en la oración
paseando por la playa,
el monte o el río,
a sentirte cerca
y descubrir en ti mi tesoro,
el que llena el alma de paz
y me lleva a la serenidad
de saber que todo es transitorio,
todo puede ser destruído
por la carcoma del tiempo,
sólo Tú permaneces,
sólo Tú eres siempre,
eternidad sin comienzo ni fin.
Señor,
ayúdame a descubrir en Ti
mi tesoro
para darme a los demás,
sin miedo a perderme,
totalmente,
con generosidad desbordante,
manteniendo así viva
la llama de tu amor.
GUIÓN CELEBRACIÓN DE LA EUCARISTÍA.
Monición de entrada:
Queridos hermanos:
En la eucaristía siempre, a pesar de la luz eléctrica, arden dos lámparas y con ellas expresamos nuestra situación. Somos como los criados que aguardan a su Señor con las lámparas encendidas.
Pero ¿hemos venido así a la misa? o ¿más bien estamos mirando el reloj con ganas de que se termine pronto y pensando más en el calor que en la celebración?
Si es así volamos a encender las lámparas, estemos despiertos pues Jesús va a hacerse presente en medio de nosotros, nos va a hablar en la Palabra y a entrar en nuestro corazón en la comunión.

Señor, ten piedad.
Porque Dios es sólo una parte insignificante de la semana. Señor, ten piedad.
Porque nos distraemos en misa. Cristo, ten piedad.
Porque no estamos vigilantes ante tu presencia. Señor, ten piedad.

Monición a las lecturas.
En la primera lectura escucharemos como Dios salva a su pueblo de la esclavitud de Egipto. Mientras en la segunda san Pablo nos invitará a mantener la esperanza como hicieron Abraham y Sara, pues amar es creer en lo imposible.

Monición evangelio.
Hola: soy Pedro. Mirad un día Jesús comenzó a hablarnos. Yo al final no sabía si lo decía por mí o por los otros. Y sabéis que me dijo. Ah, estad atentos al evangelio. Primero os dirá frases muy bonitas, después os contará unas historias para animaros a estar vigilantes y también os dará la respuesta que a mí me dio.

Peticiones.-

Por nuestro Obispo Carlos y nuestra Archidiócesis de Valencia. Roguemos al Señor.
Por los gobernantes y los que tienen la misión de dar solución a la crisis que estamos sufriendo. Roguemos al Señor.
Por las personas que estos días están de vacaciones descansando en las playas y los pueblos. Roguemos al Señor.
Por los que estas vacaciones estarán trabajando en las zonas turísticas. Roguemos al Señor.
Por nuestro pueblo que comienza la próxima semana las fiestas en honor al Cristo de la Agonía. Roguemos al Señor.
Por los misioneros que se dan a sí mismos, dejando la comodidad de nuestros países para ir a vivir en los países más pobres. Roguemos al Señor.
Por nosotros, por nuestras familias y por todas aquellas personas que hoy queremos recordar delante de Dios. Roguemos al Señor.


JÓVENES EJEMPLARES:
Beato Pedro Jorge Frassati
Nació el 9 de abril de 1901 en Turín. Su padre fue don Alfredo Frassati, agnóstico, empresario, funddor, director y propietario del periódico liberal La Stampa, político destacado que llegó a ser embajador en Alemania, si bien su oposición a Mussolini le llevó a abandonar la política. Y su madre doña Adelaida Amets fue una católica practicante que se preocupó por la educación de su hijo.
Pier Giorgio cursó estudios en el Liceo Massimo d’Azaglio y posteriormente en el Istituto Sociale de los padres jesuitas. A los trece años entró a formar parte de la Asociación del Santísimo Sacramento y del Apostolado de la Oración. A los 16 ingresó en la Cofradía del Rosario y en las Conferencias de San Vicente de Paúl.
Joven deportista practicaba el ciclismo, el futbol, la equitación y el alpinismo.
A los 18 años ingresó en el Politécnico, matriculándose en Ingeniería de Minas y en la Orden de Predicadores como dominico seglar, formando parte de la Federación Universitaria Católica Italiana. A los 19 años se afilió al Partido Popular Italiano, fundado por el sacerdote don Luigi Sturzo. Por aquellos años el interés social del joven era notable, visitando a los enfermos y familias necesitadas, a quienes llevaba medicinas o alimentos.
Sin embargo su vida quedó truncada por la enfermedad, la poliomielitis galopante de orden infeccioso. Ésta mostró los primeros síntomas el 1 de julio y el 4 del mismo mes, tras recibir los últimos sacramentos y en brazos de su madre, murió.
Su pasión por la montaña le llevó a afirmar: “cada día que pasa me enamoro más perdidamente de la montaña” y así se entregaba al esquí y el alpinismo, buscando una iglesia donde asistir a misa y comulgar.

miércoles, 28 de julio de 2010

Nº 50. 1 de Agosto de 2010

PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del Eclesiastés 1, 2; 2, 21-23

¡Vanidad de vanidades, dice Qohelet;
vanidad de vanidades, todo es vanidad!
Hay quien trabaja con sabiduría,
ciencia y acierto,
y tiene que dejarle su porción
a uno que no ha trabajado.

También esto es vanidad y grave desgracia.
Entonces, ¿qué saca el hombre de todos los trabajos
y preocupaciones que lo fatigan bajo el sol?
De día su tarea es sufrir y penar,
de noche no descansa su mente.
También esto es vanidad.

Palabra de Dios.


MEDITACIÓN

El libro del Eclesiastés o Qohelet fue escrito en durante el siglo III por quien presidía la asamblea judía. Así todo él está formado por reflexiones sensatas realizadas por un presidente de asamblea, bien podríamos con la debida prudencia, equiparar a un párroco que preside la comunidad. En él nos enseña desde una gran sensatez como el hombre es un misterio.
El texto comienza con el segundo versículo del libro, cuyo tema es la vanidad, es decir, la vida es fragilidad, todo es ilusorio. Seguidamente, omitido por la liturgia de este domingo, se detiene en el viento, el mar, los ríos, “nada hay nuevo bajo el sol”, afirma. Y nos relata como el autor se convirtió en una persona poderosa que tenía todo lo que se puede desear (sabiduría, placer, tierras, animales, palacios, poder,…) concluyendo que todo es vanidad, fugacidad.
Y así la liturgia retoma la reflexión. Ésta incide en las cuestiones vitales, nos plantea la realidad de nuestra vida desde un escepticismo del que sólo nos liberamos mediante el encuentro con Jesús.
Cuando construimos nuestra vida al margen de Dios, en lo que las personas depositan su corazón (la salud, el trabajo y las relaciones humanas) acabamos sintiendo el vacío. La vida en sí misma es vanidad, somos un fuego fatuo, un destello en medio de la nada.
De ahí la necesidad que tenemos de Dios. Todo tiene sentido cuando lo vivimos desde el proyecto de nuestro Creador y Padre, cuando nuestro trabajo, nuestras ilusiones, esperanzas y nuestra afectividad tienen como centro a Dios.

SALMO RESPONSORIAL. Sal 89, 3-4. 5-6. 12-13. 14 y 17 (R/.: 1)

R/. Señor, tú has sido nuestro refugio
de generación en generación.

Tú reduces el hombre a polvo,
diciendo: «Retornad, hijos de Adán.»
Mil años en tu presencia
son un ayer, que paso;
una vela nocturna. R/.

Los siembras año por año,
como hierba que se renueva:
que florece y se renueva por la mañana,
y por la tarde la siegan y se seca. R/.

Enséñanos a calcular nuestros años,
para que adquiramos un corazón sensato.
Vuélvete, Señor, ¿hasta cuando?
Ten compasión de tus siervos. R/.

Por la mañana sácianos de tu misericordia,
y toda nuestra vida será alegría y júbilo.
Baje a nosotros la bondad del Señor
y haga prósperas las obras de nuestras manos. R/.
MEDITACIÓN
Con Israel: es el único salmo puesto bajo el patronato de Moisés y constituye una oración del pueblo utilizada en la liturgia penitencial para pedir el perdón de los pecados, al igual que hacemos nosotros al comienzo de la misa.
Con Jesús: para Jesús el centro de toda la existencia es el Padre, todo lo demás es relativo. Él vivió en su vida esta realidad.
Con nuestro tiempo: el salmo al igual que la primera lectura y el evangelio vuelve a situarnos en la verdad de nuestra existencia. Nos afanamos por muchas cosas, vivimos como si tuviéramos que vivir siempre, y olvidamos la realidad que impera sobre nuestra vida: somos caducos. En la infancia la vida se nos presenta como un largo camino en el que avanzamos lentamente. En la juventud como una pasión y una lucha contra todo. Pero con el avance de los años pronto descubrimos la brevedad de ésta, la vida se nos escapa de las manos y entonces nos preguntamos por el sentido de todo lo que hemos vivido o estamos viviendo. La respuesta no está en este mundo, sino en Dios. La vida tiene sentido cuando la depositamos en las manos amorosas del Padre, cuando la lanzamos a la eternidad de Dios. Aquí nuestra existencia es fugaz, pero cuando concluya en este mundo nuestra existencia, la misma persona entrará en la eternidad de Dios.
Con los juniors: ¡cuánto esfuerzo estamos realizando este verano para organizar y animar los campamentos!, pero ¿tiene sentido? Lo que parecía lejano cuando fijamos la fecha o cuando comenzamos a prepararlo ahora ya es pasado, han sido fugaces las reuniones previas y el mismo campamento, largo al comenzarlo y a mediados de éste ya descubríamos que pronto concluiría y ahora ya es historia, pasado. ¿Tiene sentido tanto esfuerzo? Sí, si lo vivimos desde el gozo de haber servido a Dios, quien nos llamó y envió por medio de la Iglesia a animar el campamento, a cuidar de su rebaño.
Carlos G. Vallés. Busco tu Rostro. Sal Terrae.

«Haznos caer en la cuenta de la brevedad de la vida, para que nuestro corazón aprenda la sabiduría».
Hoy viene ante mis ojos un hecho ineludible: la vida es breve. El tiempo pasa velozmente. Mis días están contados, y la cuenta no sube muy alto. Antes de que me dé cuenta, antes de lo que yo deseo, antes de que me resigne a aceptarlo, me llegará el día y tendré que partir. ¿Tan pronto? ¿Tan temprano? ¿En la flor de la vida? ¿Cuando aún me quedaba tanto por hacer? La muerte siempre es súbita, porque nunca se espera. Siempre llega demasiado pronto, porque nunca es bien recibida.
Y, sin embargo, el recuerdo de la muerte está lleno de sabiduría. Cuando acepto el hecho de que mis días están contados, siento al instante la urgencia de hacer de ellos el mejor uso posible. Cuando veo que mi tiempo es limitado, comprendo su valor y me dispongo a aprovechar cada momento. La vida se revalúa con el recuerdo de la muerte.
«Nuestros años se acaban como un suspiro. Aunque uno viva setenta años, y el más robusto hasta los ochenta, la mávor parte son fatiga inútil, porque pasan aprisa y vuelan».
Acepto la brevedad de mi vida, Señor, y en la resignada sabiduría del aceptar encuentro la fuerza y la motivación para sacar el mejor partido posible de los días que me queden, muchos o pocos. Cuando llegue el sufrimiento, pensaré que pronto pasará; y cuando me atraigan los placeres, reflexionaré que también ellos han de estar poco tiempo conmigo. Eso me hará soportar el sufrimiento y
disfrutar el placer con la libertad de ánimo de quien sabe que nada ha de durar largo tiempo. Esa actitud traerá el equilibrio, el desprendimiento y la sabiduría a mi vida.
«Mil años en tu presencia son un ayer, que pasó, una vela nocturna. Los siembras año tras año, como hierba que se renueva: queforece y se renueva por la mañana, y por la tarde la siegan Y se seca».
Que la hierba sepa que es hierba y se comporte como tal. En eso está su plenitud. Si es un día, es un día; pero que ese día sea verde y alegre con la gloria derramada de los campos en flor. Si mi vida ha de ser como la hierba, que sea verde, que sea fresca, que sea brillante, y que viva en la intensidad de su única mañana la totalidad cósmica de la naturaleza y de la gracia. Cada momento se reviste de eternidad, cada brizna de hierba resplandece con el rocío del sol del amanecer. Cada instante se enriquece, cada suceso se realza, cada encuentro es una sorpresa, cada comida un banquete. La brevedad de la experiencia la llena de la esencia del puro sentir y el libre disfrutar. La vida resulta valiosa precisamente porque es breve.
Dame, Señor, la sabiduría de vivir la plenitud de mi vida en cada instante de ella.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 3, 1-5. 9-11

Hermanos:
Ya que habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios; aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra.
Porque habéis muerto, y vuestra vida está con Cristo escondida en Dios. Cuando aparezca Cristo, vida nuestra, entonces también vosotros apareceréis, juntamente con él, en gloria.
En consecuencia, dad muerte a todo lo terreno que hay en vosotros: la fornicación, la impureza, la pasión, la codicia y la avaricia, que es una idolatría.
No sigáis engañándoos unos a otros.
Despojaos del hombre viejo, con sus obras, y revestíos del nuevo, que se va renovando como imagen de su Creador, hasta llegar a conocerlo.
En este orden nuevo no hay distinción entre judíos y gentiles, circuncisos e incircuncisos, bárbaros y escitas, esclavos y libres, porque Cristo es la síntesis de todo y está en todos.

Palabra de Dios.

MEDITACIÓN:
Después del preámbulo, la parte dogmática donde nos presentó a Cristo y los avisos contra los errores, la carta inicia la parte exhortativa cuyo punto de partida es la novedad del bautismo entendida como una resurrección en Cristo, que conlleva depositar todos nuestras aspiraciones en Él, en los bienes de arriba y por tanto como Cristo morir a lo terreno.
Ciertamente esto nos puede parecer muy difícil y sin embargo si realmente queremos ser auténticos juniors no podemos obviarlo. En la oración rezamos que vamos hacia Jesús y por tanto estamos afirmando que nuestra vida se construye desde los valores que Jesús nos indica, éstos son los de Dios, aquellos que nos llevan frente a la sociedad a vivir con él y no al margen de él, a renunciar a todo lo que nos aparta de Él, al hombre viejo que construye su vida en el placer, el poder y el poseer.
Pero podemos pensar que nosotros somos distintos a los colosenses y no es así, también como ellos colocamos nuestros peros y paños calientes, tratamos de vivir compaginando los valores de este mundo con los de Jesús y también como a ellos el Apóstol nos dice que no sigamos engañándonos.


EVANGELIO
+ Lectura del santo evangelio según san Lucas 12, 13-21
En aquel tiempo, dijo uno del público a Jesús:
— «Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia.»
Él le contestó:
— «Hombre, ¿quién me ha nombrado juez o árbitro entre vosotros?»
Y dijo a la gente:
— «Mirad: guardaos de toda clase de codicia. Pues, aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes.»
Y les propuso una parábola:
— «Un hombre rico tuvo una gran cosecha. Y empezó a echar cálculos:
“¿Qué haré? No tengo donde almacenar la cosecha.”
Y se dijo:
“Haré lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes, y almacenaré allí todo el grano y el resto de mi cosecha. Y entonces me diré a mí mismo: Hombre, tienes bienes acumulados para muchos años; túmbate, come, bebe y date buena vida.”
Pero Dios le dijo:
“Necio, esta noche te van a exigir la vida. Lo que has acumulado, ¿de quién será?”
Así será el que amasa riquezas para sí y no es rico ante Dios.»
Palabra del Señor.
MEDITACIÓN
La parábola nos presenta a un hombre que realiza algo sensatamente y que haríamos nosotros. Después de trabajar honestamente se dedica a descansar y vivir honradamente de lo ganado con su esfuerzo. ¿No es acaso lo que en estos días realizan muchas personas ganándose unas merecidas vacaciones tras un curso de trabajo y esfuerzo? Entonces, ¿por qué Jesús lo juzga mal?
La raíz se encuentra en los pronombres personales. Él sólo piensa en sí mismo y olvida dar gracias a Dios, compartir con los necesitados y la brevedad de la vida.
También nosotros podemos caer en esta tentación, tal como hemos escuchado en las otras lecturas. No podemos construir nuestra vida pensando sólo en nosotros mismos, estudiar una carrera para tener dinero y vivir bien, pues la muerte se encuentra al acecho y la verdad de nuestra existencia sólo se desvelará el día que ella nos llegue. Si sólo hemos pensado en nosotros mismos moriremos sin que nadie nos recuerde, tan sólo agradezca lo que dejamos y disfruten sin merecerlo ellos. Nuestro tesoro está en el cielo, en el amor. Que cuando llegue el momento podamos tener las manos vacías de posesiones y llenas de nombres, las de aquellas personas con quienes hemos compartido lo que honrada y esforzadamente hemos adquirido y nuestro corazón vacío de nosotros mismos y lleno de Dios.
LOS SANTOS PADRES
La ambición quiere dividir, como la caridad quiere reunir. ¿Qué significa guardaos de toda ambición, sino llenados de amor?
Agustín.

La codicia es odiosa a Dios y a la humanidad.
Cirilo de Alejandría

¿Qué es lo que hace este hombre rico, rodeado de muchas e incontables riquezas? Ansioso y desgraciado, refiere palabras de pobreza. Dice: ¿qué puedo hacer? No mira al futuro. No levanta sus ojos a Dios. No considera que vale la pena ganar para el alma los tesoros que están arriba en el cielo. No aprecia el amor por el pobre ni desea la estima que esto reporta. No simpatiza con el que sufre. No le ahce sufrir ni le afecta su dolor. Más irracional aún, decide por sí mismo la duración de su propia vida, como si pudiera aprovecharse de ella igual que de la cosecha de la tierra. Por decreto de Dios tu vida está limitada.
Cirilo de Alejandría

Las riquezas del hombre son el rescate de su alma. Estas riquezas no las poseía aquel hombre vano y necio. No rescataba su alma con limsnas; reunía frutos perecederos. Él, que iba a perecer, recogía frutos perecederos sin dar nada al Señor hacia el que había de marchar. ¿Qué cara pondrá en el juicio cuando comience a escuchar: tuve hambre y no me diste de comer? Deseaba saciar su alma con banquetes superfluos y excesivos; lleno de soberbia, despreciaba a tantos y tantos vientes vacíos de los pobres. No sabía que los estómagos de los pobres eran más seguros que sus graneros. Lo que escondía en tales almacenes tal vez fuese robado por los ladrones. Si, en cambio, lo hubiese escondido en el vientre de los pobres, en la tierra era digerido, pero se guardaba con más seguridad en el cielo.
Agustín

“Insensato, esta misma noche te pedirán el ama, y todo lo que has acumulado, ¿para quién será?” Ésta debe ser la meditación constante del hombre sabio, a fin de que, como los días de esta vida son cortos e inciertos los espacios, jamás venga la muerte de improviso a quien ha de morir ni caiga en un fin desordenado el que conoce que es mortal.
León Magno

ORACIÓN DESDE LA METODOLOGÍA JUNIOR.

Experiencia:
Quizás seas uno de los estudiantes que van a iniciar los estudios universitarios, y cabe que te preguntes la razón por la que vas a estudiar esa carrera, ¿es para tener más dinero o para realizarte como persona o para ayudar a los demás? Seas o no universitario, cabe que te preguntes la razón por la que trabajas y ¿qué harías si mañana te tocará el euro millón, de esos cuyo premio nos cuesta saber el valor real y tuvieses la vida asegurada? ¿qué estás haciendo con tú vida? ¿Cuáles son los graneros en los que acumulas todas tus esperanzas, trabajos y esfuerzos?
Reflexión.-
El hombre que le pide a Jesús sea arbitro de su herencia ha colocado las riquezas por encima de algo que es más grande, el amor a su hermano, la fraternidad. Lo mismo ocurre con el personaje de la parábola. Desea vivir bien olvidando a los demás. ¿En qué te asemejas tú a ellos? ¿cuándo has pensado o actuado así? ¿alguna vez te has planteado que ocurrirá al día siguiente de tu muerte? ¿cómo te recordarán los demás? ¿cómo te sentirás ante Dios quien va a exigirte las manos vacías de posesiones y llenas de nombres, tu vida vacía de ti mismo y llena de amor a los demás? Es el momento de iluminar tus pensamientos más profundos, de ser sincero contigo mismo a la luz de la Palabra de Dios.
Compromiso.-
Es evidente que vivimos unos años de crisis sin esperanza de salir de ella. Muchas son las personas que llegan a las Cáritas parroquiales y Servicios Sociales de los Ayuntamientos pidiendo ayuda para pagar el alquiler del piso, la hipoteca, la luz, el agua, la alimentación de sus hijos, los pañales,… Los pobres ya no son los inmigrantes o miembros de la etnia gitana, son nuestros familiares, vecinos de nuestros pueblos que han perdido el puesto de trabajo o la empresa. Si yo soy de los que tienen trabajo o en mi casa me permiten todos los caprichos me propongo entregar una cantidad a Cáritas para ayudar a las familias que sufren la crisis, puede ser el 10% de mi salario o de la paga mensual, puede ser privándome cada mes de algún capricho, de ir al cine, de esa copa de más. La parábola es clara, el problema del rico no fueron sus riquezas sino que no las compartió con los demás.
Celebración:
Mira tus manos y dale gracias a Dios por los nombres que hay en ellas, por aquellos con quienes compartes tu dinero y tu tiempo.

Oración.


Jesús,
Que nos invitas
a dejar padre y madre
esposo y esposa,
hijos e hijas
por el Reino de Dios.
Te pedimos tiendas una mirada
hacia la Diócesis de Kara,
el país de Togo
y los jóvenes del movimiento
Coeurs Vaillants-Ames Vaillants.
Que tu mano se tienda
hacia nuestros hermanos juniors
Cecilio, Amparo y Juan
y hacia los trabajos
que este mes están desempeñando,
hacia quienes han abandonado
su casa, nuestra tierra y su hogar.
Bendice sus trabajos
y concédeles la gracia
de repartir el pan de la formación
entre los jóvenes allí acampados.
Hazles sentir que Tú
estás con ellos
en sus trabajos y preocupaciones,
dales la gracia de no desanimarse
hasta concluir este proyecto.
María, Madre de los Juniors
protege bajo tu manto
a quienes en nombre de tu Hijo
enviados por nuestro Obispo
han partido hacia Togo.


GUIÓN CELEBRACIÓN DE LA EUCARISTÍA.

Monición de entrada:

Queridos hermanos:
Hoy empieza el mes de agosto, el mes de las vacaciones y las fiestas en muchos pueblos. Es un buen tiempo para volver a mirar a Jesús y descubrir en el descanso y en las celebraciones festivas lo más importante de nuestra vida. Esto no son las cosas que tenemos sino Dios y las personas con quienes las compartimos. La misa nos ayudará a colocar en el centro el amor.

Señor, ten piedad.

Porque creemos que la felicidad está en tener cosas. Señor, ten piedad.
Porque creemos que vamos a vivir en esta tierra siempre. Cristo, ten piedad.
Porque cerramos nuestro corazón a los que sufren. Señor, ten piedad.

Monición a las lecturas.

En la Primera Lectura nos vamos a encontrar con una persona que parece muy pesimista, pero lo que le ocurre es que se ha dado cuenta que lo importante no es tener cosas sino sentir que Dios nos ama. Y lo mismo nos dirá San Pablo, hemos de vivir dejando atrás el poseer para ser felices sintiéndonos los más amigos de Dios.


Monición evangelio.

Hola: no os digo mi nombre, pues no os importa. Lo único que este Jesús me ha dejado boquiabierto. Yo que creía que era bueno y trataba de ayudar a que los hermanos no nos peleásemos y me suelta que él no quiere ayudarme. ¿Quizás sea porque sabe que en el fondo me preocupa más tener tierras que el amor de mi hermano? Estad atentos.



Peticiones.-

Por el Papa y nuestro Obispo para que su corazón y esperanza esté siempre puesta en Jesús y en el compartir con los que no tienen. Roguemos al Señor.

Por las personas que creen que la felicidad está en tener cosas, para que se den cuenta que todo un día se terminará. Roguemos al Señor.

Por los países pobres, para que la crisis no nos haga olvidar a quienes llevan décadas sufriendo la crisis. Roguemos al Señor.

Por las personas que comparten con los que no tiene, para que Dios un día les premie su generosidad. Roguemos al Señor.


Por los juniors que han estado o están de campamento, por los monitores y educadores que dedican sus vacaciones a los campamentos juniors, para que sientan la cercanía de Dios y crezcan en los valores de Jesús. Roguemos al Señor.


Por Cecilio, Juan y Amparo que se encuentran en Togo, para que Jesús cuide de ellos y el encuentro con quienes no tienen lo necesario para vivir les ayude a ser solidarios y a contagiarnos a nosotros el desprendimiento de las riquezas. Roguemos al Señor.

Por nosotros, para que no caigamos en la tentación del rico, sino que busquemos llenar el granero de nuestro corazón con el compartir. Roguemos al Señor.



JÓVENES EJEMPLARES:
SAN PELAYO (26 DE JUNIO)
Este niño nació en Alveos, aldea de la provincia de Pontevedra, cercana a Tuy donde su tío paterno San Hermoigio era obispo. Fue él quien le procuró una educación religiosa, quien en una de las batallas entre cristianos y musulmanes fue hecho prisionero y llevado a Córdoba, en espera de obtener un rescate por él. No pudiendo la familia reunir la cantidad exigida el padre de Pelayo marchó a Córdoba con el fin de negociar el rescate. Tenía por aquel entonces diez años el niño cuando llegaron a la ciudad y se encontraron tío y sobrino.
Y allí quedó el niño como prenda a cambio de ser liberado el obispo, aceptando el primero el sacrificio de su libertad por la del anciano. Retenido como rehén en la hermosa ciudad de los jardines, baños, palacios y mezquitas, rechazó obtener puestos importantes en la corte a cambio de renunciar a su fe en Cristo.
Después de tres años de cautiverio su figura llamó la atención del Califa quien mandó lo trajesen a palacio, enamorándose de él y rechazando éste los deseos del monarca.
Como consecuencia Abderramán mandó lo catequizasen, si bien no logró su conversión y por este motivo mandó le torturasen. Con gran valor y confiando totalmente en Jesucristo sufrió el martirio, cortándole las manos y la cabeza. Y con tan sólo trece años, el año 925, alcanzó la corona del martirio. Sus restos mortales fueron arrojados al Guadalquivir, si bien fueron rescatados y enterrados en la Iglesia de San Ginés, posteriormente sus reliquias fueron llevadas a León y finalmente al Monasterio Benedictino de San Pelayo de Oviedo.

sábado, 10 de julio de 2010

Nº 49. 11 de Julio de 2010

PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del Deuteronomio 30, 10-14


Moisés habló al pueblo, diciendo:
— «Escucha la voz del Señor, tu Dios, guardando sus preceptos y mandatos, lo que está escrito en el código de esta ley; conviértete al Señor, tu Dios, con todo el corazón y con toda el alma.
Porque el precepto que yo te mando hoy no es cosa que te exceda, ni inalcanzable; no está en el cielo, no vale decir: “¿Quién de nosotros subirá al cielo y nos lo traerá y nos lo proclamará, para que lo cumplamos?”; ni está más allá del mar, no vale decir: “¿Quién de nosotros cruzará el mar y nos lo traerá y nos lo proclamará, para que lo cumplamos?”
El mandamiento está muy cerca de ti: en tu corazón y en tu boca. Cúmplelo.»

Palabra de Dios.

MEDITACIÓN
El libro de la Segunda Ley o Deuteronomio constituye el testamento de Moisés. Siguiendo el esquema de la Biblia de Jerusalén, el fragmento se encuadra dentro del tercer discurso, en los discursos de conclusión de Moisés, en él ofrece las bendiciones y maldiciones, desde la clave del cumplimiento o inclumplimiento de la Alianza.
Dios y su pueblo han establecido un pacto, la Alianza. Si el pueblo no cumple las prescripciones recibirá de Dios el castigo. El fundamento para cumplir la ley no se encuentra en un mandato frío y externo, sino en la experiencia que Israel ha vivido: la destrucción de sus opresores egipcios y los cuarenta años de amor por el desierto. El pueblo ha experimentado la predilección de Dios por ellos y por tanto está llamado a responder con amor a quien tanto le ama. También nosotros podemos con los israelitas recordar lo que Dios a través de Jesús ha realizado, su muerte y resurrección salvadora y nuestro bautismo, cuando fuimos liberados del pecado y los años vividos, en los que como Israel experimentamos la presencia y protección de Dios.
Por otra parte el mandato de Dios queda muy bien asentado en este fragmento. No es una ley externa ni imposible de cumplir. La ley de Moisés concreta aquello que anida en nuestro corazón. Su cumplimiento no es para satisfacer a un Señor, sino para satisfacer las aspiraciones más hondas de nuestro corazón. Cuando nos volvemos a Dios brota en nosotros un cambio de mentalidad, nos hace dejar de pensar en nosotros mismos para pensar en los demás. Y surge la pregunta, ¿cómo? busquemos en el corazón e iluminémoslo con la Palabra de Dios, pues el mandamiento está muy cerca de nosotros.
SALMO RESPONSORIAL. Sal 68, 14 y 17. 30-31. 33-34. 36ab y 37 (R/.: cf. 33)

R/. Humildes, buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón.

Mi oración se dirige a ti,
Dios mío, el día de tu favor;
que me escuche tu gran bondad, que tu fidelidad me ayude.
Respóndeme, Señor, con la bondad de tu gracia;
por tu gran compasión, vuélvete hacia mí. R/.

Yo soy un pobre malherido;
Dios mío, tu salvación me levante.
Alabaré el nombre de Dios con cantos,
proclamaré su grandeza con acción de gracias. R/.

Miradlo, los humildes, y alegraos,
buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón.
Que el Señor escucha a sus pobres,
no desprecia a sus cautivos. R/.

El Señor salvará a Sión,
reconstruirá las ciudades de Judá.
La estirpe de sus siervos la heredará,
los que aman su nombre vivirán en ella. R/.

MEDITACIÓN
Con Israel: el salmo nos presenta la súplica confiada de un hombre que por causa de Dios sufre. Sus rasgos son la de un humilde y pobre malherido que espera en Dios y sabe que él no va a fallarle, pues es apoyo y fuerza, presencia que acompaña al herido.
Con Jesús: es la oración de Jesús en la cruz. Cuando la muerte era la única salida que tenía Cristo él confió en el Padre, sabiendo que es quien escucha, salva y levanta. Este salmo podemos colocarlo en los labios del herido de la parábola del Buen Samaritano, la oración de quien espera en Dios y Él responde a través de este personaje.
Con nuestro tiempo: hoy también hay hombres y mujeres que sufren la pobreza y la violencia, las tragedias fruto de la guerra y las catástrofes naturales. Cada noche en los cayucos, los burdeles, las cárceles, los campos de refugiados, los campamentos de secuestrados, los hospitales,... hay hombres y mujeres que contra toda razón, siguiendo a su corazón esperan en Dios y oran.
Con los juniors: ¿y ante el dolor como responde Dios? De muchas maneras, entre otras a través de los juniors, nosotros estamos llamados a ser la respuesta del Padre a sus humildes y cautivos. La campaña de este año ha tenido un lema, ¿se ha hecho realidad en nuestro barrio o pueblo? ¿hemos llenado de alegría y esperanza la vida de quienes cerca de nosotros sufren?
Carlos G. Vallés. Busco tu Rostro. Sal Terrae.

LA CARGA DE LA VIDA
«Dios mío, sálvame, que me llega el agua al cuello».
Estoy cansado de la vida. Estoy harto del triste negocio del vivir. No le veo sentido a la vida; no veo por qué he de seguir viviendo cuando no hay por qué ni para qué vivir. Ya me he engañado bastante a mí mismo con falsas esperanzas y sueños fugaces. Nada es verdad, nada resulta, nada funciona. Bien sabes que lo he intentado toda mi vida, he tenido paciencia, he esperado contra toda esperanza... y no he conseguido nada. A veces había algún destello, y yo me decía a mí mismo que sí, más tarde, algún día, en alguna ocasión, se haría por fin la luz y se aclararía todo y yo vería el camino y llegaría a la meta. Pero nunca se hizo la luz. Por fin, he tenido que ser honrado conmigo mismo y admitir que todo eso eran cuentos de hadas, y seguí en la oscuridad como siempre lo había estado. Estoy de vuelta de todo. He tocado fondo. Estoy harto de vivir. Déjame marchar, Señor.
«Me estoy hundiendo en un cieno profundo y no puedo hacer pie; he entrado en la hondura del agua, me arrastra la corriente. Estoy agotado de gritar, tengo ronca la garganta; se me nublan los ojos».
Siento el peso de mi fracaso, pero, si me permites decirlo, lo que de veras me oprime y me abruma es el peso de tu propio fracaso, Señor. Sí, tu fracaso. Porque, si la vida humana es un fracaso, tú eres quien la hiciste, y tuya es la responsabilidad si no funciona. Mientras sólo se trataba de mi propia pena, yo me refugiaba en el pensamiento de que no importaba mi sufrimiento con tal de que tu gloria estuviera a salvo. Pero ahora veo que tu gloria está íntimamente ligada a mi felicidad, y es tu prestigio el que queda empañado cuando mi vida se ennegrece. ¿Cómo puede permanecer sin mancha tu nombre cuando yo, que soy tu siervo, me hundo en el fango?
«Soy un extraño para mis hermanos, un extranjero para los hijos de mi madre; porque me devora el celo de tu templo, y las afrentas con que te afrentan caen sobre mí».
Por ti y por mí, Señor, por tu honra y por la mía, no permitas que mi alma perezca en la desesperación. Levántame, dame luz, dame fuerzas para soportar la vida, ya que no para entenderla. Sálvame por la gloria de tu nombre.
«Arráncame del cieno, que no me hunda, líbrame de las aguas sin fondo. Que no me arrastre la corriente, que no me trague el torbellino, que no se cierre la poza sobre mí».
No pido más que un destello, un rayo de luz, una ventana en la oscuridad que me rodea. Un relámpago de esperanza en la noche del desaliento. Un recordarme que tú estás aquí y el mundo está en tus manos y todo saldrá bien. Que se abran las nubes, aunque sólo sea un instante, para que yo pueda ver un jirón de azul y asegurarme de que el cielo existe y el camino queda abierto a la ilusión y a la esperanza. Hazme sentir la gloria de tu poder en el alivio de mi impotencia.
«Yo soy un pobre malherido, Dios mío, tu salvación me levante. Alabaré el nombre de Dios con cantos, proclamaré su grandeza con acción de gracias».
¡Señor!, reconcíliame de nuevo con la vida.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 1, 15-20

Cristo Jesús es imagen de Dios invisible,
primogénito de toda criatura;
porque por medio de él
fueron creadas todas las cosas:
celestes y terrestres, visibles e invisibles,
Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades;
todo fue creado por él y para él.

Él es anterior a todo,
y todo se mantiene en él.
Él es también la cabeza del cuerpo:
de la Iglesia.

Él es el principio, el primogénito de entre los muertos,
y así es el primero en todo.
Porque en él quiso Dios que residiera toda la plenitud.
Y por él quiso reconciliar consigo todos los seres:
los del cielo y los de la tierra,
haciendo la paz por la sangre de su cruz.

Palabra de Dios.
MEDITACIÓN:
La carta a los Colosenses tiene una primera parte doctrinal en la que destaca este himno sobre Jesús, ofreciéndonos así un retrato de Él, completando la respuesta de Pedro a Jesús sobre quién es.
Y el Apóstol nos ofrece tres respuestas:
Cristo es el Creador: por tanto todo cuanto contemplamos ha sido realizado por Él y no sólo crea sino que repara la creación.
Cristo es el Redentor y su redención la realiza a través de la Iglesia.
Cristo es el que lo ha reconciliado todo.








EVANGELIO

+ Lectura del santo evangelio según san Lucas 10, 25-37
En aquel tiempo, se presentó un maestro de la Ley y le preguntó a Jesús para ponerlo a prueba:
— «Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?»

Él le dijo:
«Qué está escrito en la Ley? ¿Qué lees en ella?»
Él contestó:
— «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas y con todo tu ser. Y al prójimo como a ti mismo.»
Él le dijo:
«Bien dicho. Haz esto y tendrás la vida.»
Pero el maestro de la Ley, queriendo justificarse. preguntó a Jesús:
— «¿Y quién es mi prójimo?»
Jesús dijo:
— «Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó, cayó en manos de unos bandidos, que lo desnudaron, lo molieron a palos y se marcharon, dejándolo medio muerto. Por casualidad, un sacerdote bajaba por aquel camino y, al verlo, dio un rodeo y pasó de largo. Y lo mismo hizo un levita que llegó a aquel sitio: al verlo dio un rodeo y pasó de largo.
Pero un samaritano que iba de viaje, llegó a donde estaba él y, al verlo, le dio lástima, se le acercó, le vendó las heridas, echándoles aceite y vino, y, montándolo en su propia cabalgadura, lo llevó a una posada y lo cuidó. Al día siguiente, sacó dos denarios y, dándoselos al posadero, le dijo:
“Cuida de él, y lo que gastes de más yo te lo pagaré a la vuelta.” ¿Cuál de estos tres te parece que se portó como prójimo del que cayo en manos de los bandidos?»
Él contestó:
— «El que practicó la misericordia con él.»
Díjole Jesús:
— «Anda, haz tú lo mismo.»
Palabra del Señor.



MEDITACIÓN
La primera parte del evangelio responde a la pregunta del letrado, sobre la vida eterna. En Daniel 12, 2 se afirma la inmortalidad del alma, despertando tras la muerte, dividiéndolo en dos grupos: los que despertarán para la vida eterna y los que despertarán para el oprobio. El letrado desde esta concepción pregunta, pues quiera saber el camino para pertenecer al grupo de los salvados
Jesús responde combinando dos textos del Antiguo Testamento: el Shemá (Deuteronomio 6, 5) o palabras que un judío debía recitar cada día dos veces y por el que recuerda su obligación de amar a Dios con toda su persona y el amor al prójimo de Levítico 19, 18. Ambos forman parte de la Ley. Es inseparable el amor a Dios y a los demás.
En la segunda parte ante la pregunta del jurista Jesús responde con la parábola del buen samaritano. Ésta se sitúa en el desierto, en un camino que pasa entre dos montañas a la manera de un desfiladero, plagado de cuevas donde los bandidos se refugiaban.
El viajero se traslada desde Jerusalén a Jericó, una localidad situada a 16 km al norte de mar Muerto, la primera conquistada por Josué y posteriormente regalada por Marco Antonio a Cleopatra. En el camino es asaltado por unos bandidos, quienes lo dejan entre la vida y la muerte.
El primero que pasa por allí es un sacerdote, de los que tenían su residencia en Jericó. Éste bajaba, es decir, venía de estar en la presencia divina, el culto debiera llevarle a practicar la misericordia con el hermano. Sin embargo, he aquí el drama y la gran contradicción.
El segundo es un levita, es decir, una persona que tenía como misión ocuparse de las tareas menores del templo. A pesar de servir al templo, su corazón está cerrado al hermano.
Pero como contrapunto aparece un samaritano, es decir, una persona pecadora y excluida del culto de Jerusalén. Éste toma vino y aceite, el primero servía para desinfectar y el segundo para mitigar el dolor, curado el herido lo lleva sobre su cabalgadura a la posada y allí deja dinero para que le cuiden.
Finalmente Jesús pregunta, el jurista responde y el Maestro concluye con una respuesta clara: haz tú lo mismo.








LOS SANTOS PADRES
Toda la enseñanza del Señor se sostiene, como con dos alas, mediante los dos preceptos: con el amor a Dios y con el amor ahcia los hombres.
Efrén de Nisibi.

Hay quienes creen que su prójimo es su hermano o su vecino o su pariente político o carnal.Pero en el Evangelio el Señor nos enseña una parábola en la que se nos habla de aquel hombre que descendía desde Jerusalen a Jericó... Por tanto, todo hombre es nuestro prójimo y no debemos obrar mal contra nadie. Mas si consideramos como prójimos sólo a nuestros hermanos y parientes, ¿nos es lícito el hacer mal a los extraños? Lejos de nuestra mente dicha idea. Todos somos prójimos mutuamente, pues todos tenemos un único y mismo Padre.
Jerónimo.

En efecto, Jericó es figura de este mundo, a donde descendió Adán arrojado del paraíso, es decir, de aquella Jerusalén celeste, por su prevaricadora caída, pasando de la vida a la muerte. Tan pronto como se lanzó a los pecados de este mundo, cayó en manos de los ladrones. ¿Quiénes son estos ladrones sino los ángeles de la noche y de las tinieblas?
Ambrosio.

El hombre que descendía era Adán, Jerusalén el paraíso, Jericó el mundo, los ladrones las fuerzas enemigas, el sacerdote la ley, el levita los profetas y el samaritano Cristo. Las heridas son la desobediencia, la cabalgadura el cuerpo del Señor, el pandochium, es decir el albargue abierto a todos los que desean entrar simboliza a la Iglesia, los dos denarios representan al Padre y al Hijo, el posadero es el jefe de la Iglesia encargado de la administración; respecto a la promesa hecha por el samaritano que volvería, representa la segunda venida del Salvador.
Orígenes

Medicamento es su palabra; ésta unas vees, venda las heridas; otras sirve de aceite, y otras actúa como vino.
Ambrosio.






ORACIÓN DESDE LA METODOLOGÍA JUNIOR.

Experiencia:
¿Cómo me encuentro ahora? Miro en mi interior, mi estado de ánimo, lo que me asusta, mis dudas de fe, mis cansancios y desilusiones. En numerosas ocasiones soy como este caminante, abandono a Dios buscando la felicidad en el mundo, en todo lo que no es Dios. Pero en el camino experimento el abatimiento. Caen sobre mí la tristeza y el vacío.
Reflexión.-
Jesús se acerca a mí. Él es el buen samaritano que baja para ayudarme. Leo el texto y siento su cercanía. Él se abraza a mis heridas, carga sobre sí mis pecados. A veces tengo vergüenza de no ser un santo, de verme en pecado, cayendo día sí y día también. Y sin embargo Él ha diferencia del sacerdote y levita no huye de mí, no me ve como alguien que no merece vivir. Jesús baja de su cabalgadura, me cura con el aceite de la Palabra y los sacramentos y me lleva sobre sí.
Compromiso.-
Siente la cercanía de Cristo. Él se abraza a ti, a tu cruz.
Celebración:
Dale gracias por lo que ha hecho por ti, por lo que sientes en estos momentos.
















Oración.

ORACIÓN DEL BUEN SAMARITANO

Señor, no quiero pasar de lejos
ante el hombre herido en el camino de la vida.
Quiero acercarme
y contagiarme de tu compasión
para expresar tu ternura,
para ofrecer el aceite que cura heridas,
el vino que recrea y enamora.

Tú, Jesús, buen samaritano,
acercate a mí,
como hiciste siempre.
Ven a mí para introducirme en la posada de tu corazón.
acercate a mí,
herido por las flechas de la vida,
por el dolor de tantos hermanos,
por los misiles de la guerra,
por la violencia de los poderosos.

Sí, acercate a mí,
buen samaritano;
llévame en tus hombros, pues soy oveja perdida;
carga con todas mis caídas,
ayudame en todas mis tribulaciones,
hazte presente en todas mis horas bajas.

Ven, buen samaritano,
y hazme a mí tener tus mismos sentimientos,
para no dar nunca ningún rodeo
ante el hermano que sufre,
sino hacerme compañero de sus caminos,
amigo de tus soledades,
cercano a tus dolencias,
para ser, como Tú, "ilimitadamente bueno"
y pasar por el mundo "haciendo el bien"
y "curando las dolencias"
Amén.

http://www.archicompostela.org/psalud/contenidos/oracion_01.htm




GUIÓN CELEBRACIÓN DE LA EUCARISTÍA.
Monición de entrada:
Queridos hermanos:
Vamos a comenzar la misa, en ella sentiremos como Jesús se acerca a nosotros para curarnos con el aceite de su Palabra y el vino del pan. Pero tenemos un peligro, que la misa no entre en nuestro corazón, que sea un paréntesis en nuestra vida. ¿Y cómo saber si nos pasa esto? Es muy sencillo, si cuando salimos de misa y vemos a alguien que nos necesita hacemos lo mismo que hizo el sacerdote de la parábola, damos un rodeo. Entonces no habremos vivido la misa y ésta habrá sido un rito falso.

Señor, ten piedad.
Dice el refrán: ojos que no ven, corazón que no siente. Por las veces que cerramos nuestros ojos a los que sufre. Señor, ten piedad.
Nos dicen: piensa en ti y olvídate de los demás. Por las veces que nos olvidamos de los que sufren. Cristo, ten piedad.
Escuchamos: hacer el bien es de tontos. Por las veces que damos excusas para no ayudar. Señor, ten piedad.

Monición a las lecturas.-
Hoy Moisés nos va a pedir que obedezcamos a Dios, pues en nuestro corazón hay sentimientos que nos mueven a ello, mientras san Pablo nos recordará que Jesús es quien lo ha hecho todo.


Monición evangelio.-
Hola: ahora me veis bien, porque ya me he curado. Pero que mal lo pasé. Fue un día que iba caminando por un peligroso desfiladero. De repente unos bandidos me asaltaron y me dejaron medio muerto. Menos mal que pasaron por allí un sacerdote, un levita y un samaritano. ¿Adivináis quien me ayudó?

Homilía.-

Peticiones.-

Por la Iglesia, para que sea siempre escuela de amor. Roguemos al Señor.

Por las personas que no son queridas, para que encuentren personas que las quieran. Roguemos al Señor.

Por los que se dedican a curar a los enfermos, para que vean en ellos el rostro de Jesús. Roguemos al Señor.

Por aquellas personas que se dedican a acoger y ofrecer ayuda a las víctimas de la crisis, para que Dios les premie y ayude en esta tarea. Roguemos al Señor.

Por el campamento que comenzarán los juniors esta semana, para que se lo pasen muy bien y allí se encuentre con Jesús. Roguemos al Señor.

Por nosotros, para que la misa nos ayude a ver a Jesús en los demás. Roguemos al Señor.





Ofrendas.-
Te ofrecemos el aceite con el que el samaritano curó al herido.
Te ofrecemos el vino con el tú nos alimentas y cuidas.
Te ofrecemos el pan que nos ayuda en la vida.

Oración:
Jesús,
te pedimos que ayudes al Papa
para que sea valiente y fiel pastor
que escuche lo que el Espíritu Santo
le habla a su corazón.
Que los obispos estén a su lado
con la oración y consejo.
Que los sacerdotes
le quieran con gran cariño
y sean dóciles a sus enseñanzas.
Que todos le queramos
y recemos por él todos los días.

miércoles, 23 de junio de 2010

27 de Junio. Solemnidad de San Pedro.

PRIMERA LECTURA
Lectura de los Hechos de los Apóstoles 12,1-11.
En aquellos días, el rey Herodes se puso a perseguir a algunos miembros de la Iglesia. Hizo decapitar a Santiago, hermano de Juan. Al ver que esto agradaba a los judíos, mandó detener a Pedro. Era la semana de Pascua. Mandó prenderlo y meterlo en la cárcel, encargando su custodia a cuatro piquetes de cuatro soldados cada uno: tenía intención de ejecutarlo en público, pasadas las fiestas de Pascua. Mientras Pedro estaba en la cárcel bien custodiado, la Iglesia oraba insistentemente a Dios por él.
La noche antes de que lo sacara Herodes estaba Pedro durmiendo entre dos soldados, atado a ellos con cadenas. Los centinelas hacían guardia a la puerta de la cárcel.
De repente se presentó el ángel del Señor, y se iluminó la celda. Tocó a Pedro en el hombro, lo despertó y le dijo:
-Date prisa, levántate.
Las cadenas se le cayeron de las manos y el ángel añadió:
-Ponte el cinturón y las sandalias.
Obedeció, y el ángel le dijo:
-Échate la capa y sígueme.
Pedro salió detrás, creyendo que lo que hacía el ángel era una visión y no realidad. Atravesaron la primera y la segunda guardia, llegaron al portón de hierro que da a la calle, y se abrió solo. Salieron, y al final de la calle se marchó el ángel.
Pedro recapacitó y dijo:
-Pues era verdad: el Señor ha enviado a su ángel para librarme de las manos de Herodes y de la expectación de los judíos.
MEDITACIÓN
Herodes, nieto del rey Herodes el Grande ha logrado en el año 41 conseguir de los romanos todos los territorios que había obtenido su abuelo y con el fin de congraciarse con los judíos vavorece a los fariseos, persiguiendo a quienes en estos momentos son objeto de su ira: los cristianos. La persecución es selectiva y así detiene a dos de los dirigentes: Santiago y Pedro.
Por otra parte la liberación de Pedro se sitúa en el ambiente pascual, que da sentido a todo el relato, pues fueron en estas fechas cuando Cristo fue sepultado y liberado de las cadenas de la muerte. El Ángel del Señor es la presencia de Dios que liberó al igual que a Pedro, de noche, al pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto, exterminando a los primogénitos egipcios, de la misma forma que, nos relata el texto omitido, hiere días después a Herodes y lo acompañó durante su peregrinar por el desierto. Los gestos del apóstol evocan la disponibilidad que exigía la Pascua (se levantó, se puso el cinturón y la capa) y los verbos son los mismos que en la resurrección de Jesús.
Así Pedro como jefe de la Iglesia, el Nuevo Israel, revive la experiencia de salvación del Pueblo de Dios y como continuador de la obra de Jesús recorre el mismo camino: apresado, sepultado en la cárcel y encadenado, liberado por el Ángel del Señor, mientras la Iglesia permanece en oración.
De este modo la lectura nos invita a nosotros a revivir esta experiencia. En los momentos de sufrimiento y desánimo hemos de confiar en el Señor que enviará un ángel. Dios no ha dejado nunca a su Iglesia sola y ella siempre ha mantenido viva la esperanza en quien la libera de sus cadenas.
SALMO RESPONSORIAL. Sal 33,2-3. 4-5. 6-7. 8-9
R/. El ángel del Señor
librará a los que temen a Dios.
Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren. R/.
Proclamad conmigo la grandeza del Señor,
ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor y me respondió,
me libró de todas mis ansias. R/.
Contempladlo y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará.
Si el afligirlo invoca al Señor, él lo escucha
y lo salva de sus angustias. R/.
El ángel del Señor acampa
en torno a sus fieles y los protege.
Gustad y ved qué bueno es el Señor;
dichoso el que se acoge a él. R/.
MEDITACIÓN
Con Israel: de nuevo nos encontramos con un salmo alfabético, cuyos versos comienzan con una letra del alfabeto hebreo, siguiendo su orden. Es la oración de un pobre, un anawin que sabe que Dios hace feliz a quien nada tiene y todo lo recibe de Él.
Con Jesús: es la oración de Jesús, el pobre por excelencia y María, la humilde que proclama el Magníficat. Todas los versos podemos colocarlos en labios de Jesús tras resucitar y ser librado de sus ansias y angustias.
Con nuestro tiempo: escuchar al pobre, vivir la opción preferencial por los pobres no es una cuestión ideológica, es la opción de Dios. Los salmos nos hablan de ellos, son el eco de sus gemidos, expresan en oraciones las esperanzas, desánimos y sufrimientos de los millones de seres humanos que sufren el hambre, la guerra, la tortura, las enfermedades,... No es política, es hacer nuestros los sentimientos de Dios que él manifiesta en los salmos, en la Palabra de Dios.
Con los juniors: pongámosle rostro a este afligido: son los niños y niñas de Togo que van a recibir por segundo año la visita del movimiento junior, pero son también esas familias que tienen la nevera vacía, esa persona enferma que no tiene para pagarse las medicinas y que a pesar de ello sigue confiando en Dios, es el dolor de tantos estómagos vacíos, de tantas almas buenas que piden de nosotros compasión, es decir, sufrir con ellos con pasión y no ser fríos ante su dolor.
Carlos G. Vallés. Busco tu Rostro. Sal Terrae.
GUSTAD Y VED
Dejo que las palabras resuenen en mis oídos: «Gustad y ved qué bueno es el Señor». Gustad y ved. Es la invitación más seria y más íntima que he recibido en mi vida: invitación a gustar y ver la bondad del Señor. Va más allá del estudio y el saber, más allá de razones y argumentos, más allá de libros doctos y escrituras santas. Es invitación personal y directa, concreta y urgente. Habla de contacto, presencia, experiencia. No dice «leed y reflexionad», o «escuchad y entended», o «meditad y contemplad», sino «gustad y ved». Abrid los ojos y alargad la mano, despertad vuestros sentidos y agudizad vuestros sentimientos, poned en juego el poder más íntimo del alma en reacción espontánea y profundidad total, el poder de sentir, de palpar, de «gustar» la bondad, la belleza y la verdad. Y que esa facultad se ejerza con amor y alegría en disfrutar radicalmente la definitiva bondad, belleza y verdad que es Dios mismo.
«Gustar» es palabra mística. Y desde ahora tengo derecho a usarla. Estoy llamado a gustar y ver. No hay ya timidez que me detenga ni falsa humildad que me haga dudar. Me siento agradecido y valiente, y quiero responder a la invitación de Dios con toda mi alma y alegría. Quiero abrirme al gozo íntimo de la presencia de Dios en mi alma. Quiero atesorar las entrevistas secretas de confianza y amor más allá de toda palabra y toda descripción. Quiero disfrutar sin medida la comunión del ser entre mi alma y su Creador. El sabe cómo hacer real su presencia y cómo acunar en su abrazo a las almas que él ha creado. A mí me toca sólo aceptar y entregarme con admiración agradecida y gozo callado, y disponerme así a recibir la caricia de Dios en mi alma.
Sé que para despertar a mis sentidos espirituales tengo que acallar el entendimiento. El mucho razonar ciega la intuición, y el discurrir humano cierra el camino a la sabiduría divina. He de aprender a quedarme callado, a ser humilde, a ser sencillo, a trascender por un rato todo lo que he estudiado en mi vida y aparecer ante Dios en la desnudez de mi ser y la humildad de mi ignorancia. Sólo entonces llenará él mi vacío con su plenitud y redimirá la nada de mi existencia con la totalidad de su ser. Para gustar la dulzura de la divinidad tengo que purificar mis sentidos y limpiarlos de toda experiencia pasada y todo prejuicio innato. El papel en blanco ante la nueva inspiración. El alma ante el Señor.
El objeto del sentido del gusto son los frutos de la tierra en el cuerpo, y los del Espíritu en el alma: amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, templanza. (Gal 5,22). Cosecha divina en corazones humanos. Esa es la cosecha que estamos invitados a recoger para gustar y asimilar sus frutos. La alegría brotará entonces en nuestras vidas al madurar las cosechas por los campos del amor; y las alabanzas del Señor resonarán de un extremo a otro de la tierra fecunda.
«Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza siempre está en mi boca. Proclamad conmigo la grandeza del Señor, ensalcemos juntos su nombre».

SEGUNDA LECTURA
Lectura de la segunda carta del Apóstol San Pablo a Timoteo 4,6-8.17-18.
Querido hermano:
Yo estoy a punto de ser sacrificado y el momento de mi partida es inminente. He combatido bien mi combate, he corrido hasta la meta, he mantenido la fe. Ahora me aguarda la corona merecida, con la que el Señor, juez justo, me premiará en aquel día; y no sólo a mí, sino a todos los que tienen amor a su venida.
El Señor me ayudó y me dio fuerzas para anunciar íntegro el mensaje, de modo que lo oyeran todos los gentiles. El me libró de la boca del león. El Señor seguirá librándome de todo mal, me salvará y me llevará a su reino del cielo. ¡A él la gloria por los siglos de los siglos. Amén!

MEDITACIÓN:
Confieso que fue la experiencia más intensa vivida en la peregrinación a Roma que vivimos el pasado año. La meta fue alcanzada el lunes 3 de Agosto, cuando nos arrodillamos ante la tumba del Apóstol Pedro y allí celebramos la eucaristía presidida por D. Esteban. Pero aquella tarde del día 4 fue única. El edificio de la Basílica de San Pablo de Extramuros de una gran belleza, era entrar en la trascendencia, acompañados por el canto gregoriano de los monjes benedictinos. Y allí pude contemplar una tumba y unas cadenas, la del Apóstol Pablo. En el silencio de la oración, sentí llevar en mi corazón a mis centros juniors de Montaverner y Alfarrasí, a mi Zona Montcabrer y me sentí impregnado del Apóstol. Allí en aquella tumba había estado sepultado, allí había alcanzado la meta, la corona merecida, quien había llevado las cadenas por Cristo. Y Pablo seguía vivo y su pasión por el Evangelio.
Quienes compartimos aquellos días podemos evocar la tarde en la que nos entramos en esta Basílica, la que la ciudad de Roma dedica a San Pablo. Todos podemos contemplar su figura, modelo del educador, pues Él escuchó la llamada de Cristo y le siguió como apóstol suyo, construyendo la Iglesia y transformando la sociedad con un mensaje íntegro, impregnado de Cristo.

EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 16,13-19.
En aquel tiempo, llegó Jesús a la región de Cesarea de Felipe y preguntaba a sus discípulos:
-¿Quién dice la gente que es el Hijo del Hombre?
Ellos contestaron:
-Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas.
El les preguntó:
-Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?
Simón Pedro tomó la palabra y dijo:
-Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.
Jesús le respondió:
-¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo.
Ahora te digo yo:
-Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará.
Te daré las llaves del Reino de los Cielos; lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo
MEDITACIÓN
El evangelio de la fiesta de los apóstoles Pedro y Pablo coincide en su mayor parte con el del domingo pasado. Por eso nos detenemos en las últimas frases. En ellas descubrimos a Pedro como continuador de la obra de Cristo, quien la define sirviéndose de tres metáforas: la piedra, las llaves y atar y deseatar. La primera convierte a Pedro en la roca sobre la que se asienta la Iglesia pero también en la piedra de escándalo, pues su destino está unido al de Cristo que es la piedra angular rechazada, ante la cual la muerte no tiene poder. Las llaves es una prerrogativa mesiánica, representan la autoridad del Apóstol, verdadera y plena y atar y desatar significa la potestad para interpretar auténticamente la ley y para expulsar y admitir en la comunidad eclesial.
Así pues Pedro es otro Cristo, su destino está unido a Él y por la sucesión apostólica en la Iglesia esta es la identidad y misión del Papa.

ORACIÓN DESDE LA METODOLOGÍA JUNIOR.

Experiencia:
¿Qué es lo que me mueve a seguir como educador junior o como cristiano? o dicho de otro modo ¿por qué soy junior? Hoy te invito a hacerte esta pregunta, buscar en tu corazón la raíz, la causa primera que te mueve cada semana a ir a las reuniones, a animar a los niños el sábado y participar de la eucaristía el domingo. A continuación pregúntate: ¿cómo me siento en la Iglesia? ¿me aporta algo el Papa, su persona y su mensaje?, ¿cómo me he sentido cuando me he encontrado con él en el V Encuentro Mundial de las Familias de 2006, la peregrinación junior a Roma de 2009, las Jornadas Mundiales de la Juventud,...?
Reflexión.-
Compara tus respuestas con las que da Pedro y Jesús. ¿Quién es Jesús para Pedro? ¿Quién es Pedro para Jesús?
Compromiso.-
El Papa es el sucesor de Pedro y por tanto en este mundo tiene su misma autoridad, es el Vicario de Cristo. Trata de sentir y valorar su persona.
Celebración:
Ora por el Papa.

ORACIÓN AL COMIENZO DE LA REUNIÓN

EXPERIENCIA:
Elementos presentes siempre en las oraciones: cruz de San Damián (Togo), icono de la Virgen María, Biblia abierta, vela y cartel.

Signo de esta semana: un cuadro del Papa, una piedra y unas llaves antiguas.

Preparación:

Proclamación del Evangelio: proclamamos el Evangelio.

REFLEXIÓN:

Interiorización: ¿Qué valor tiene el Papa en mi vida? ¿conozco sus iniciativas y enseñanzas? ¿como desea Jesús que valore al Papa?

COMPROMISO:

Gesto: sobre la piedra grande depositamos cada uno una piedrecita, como signo de que nuestra vida se apoya en la enseñanza del Papa. O bien colocamos la pañoleta.

CELEBRACIÓN:

Oración final: cada uno hace espontáneamente una oración por el Papa.


Oración.


Dios y Padre nuestro, que has preparado el camino al sucesor de Pedro;
en este tiempo de gracia, ayúdanos a orar con fervor y a acoger en el amor
a Benedicto XVI, el Papa que Tú has querido darnos.
Unidos en oración, queremos que le concedas el espíritu del Evangelio para que,
imitando a Jesús, el Buen Pastor, sirva con fidelidad a tu pueblo.
Haz que, supliendo Tú la pobreza de sus fuerzas,
sea valiente y fiel pastor de su rebaño-tu rebaño-,siguiendo en todo momento
las inspiraciones del Espíritu Santo.
Otorga al Papa Benedicto XVI, como él mismo desea,
que desempeñe su ministerio “petrino”, al servicio de la Iglesia,
con humilde abandono en las manos de tu Providencia.
Que los Cardenales de tu Santa Iglesia, Señor, le sostengan
con la oración y con la colaboración constante, sapiente y activa.
Que los obispos estén a tu lado con la oración y con el consejo, para que pueda ser
verdaderamente el “Siervo de los siervos de Dios”.
Que tus sacerdotes, en los cuales piensa ya el nuevo Papa
“con gran afecto”, le quieran con gran cariño
y le apoyen con su trabajo esforzado y con su entrega fiel.
Que todos tus fieles, Señor y Padre nuestro, amen al Vicario de Cristo,
siendo dóciles a sus enseñanzas e intentando ser buenos testigos de Cristo resucitado,
en medio del mundo en el que viven.
Padre, Hijo y Espíritu Santo, Trinidad Beatísima por intercesión
de la Santísima Virgen, en cuyas manos pone el Papa Benedicto XVI
el presente y futuro de su persona y de la Iglesia,
concédele la gracia de hacer realidad su promesa de fidelidad incondicional,
sirviéndote sólo a Ti y dedicándose totalmente a la Iglesia.
De esa manera, se cumplirá su deseo de que la luz de Cristo
resplandezca ante todos los hombres y mujeres de hoy,
especialmente, ante “los pobres y pequeños”. Amén


http://www.conferenciaepiscopal.es/vaticano/papa/oraciones.htm

GUIÓN CELEBRACIÓN DE LA EUCARISTÍA.
Monición de entrada:
Queridos hermanos:
Aunque la fiesta de San Pedro y San Pablo es el martes nosotros hoy la celebramos porque son los apóstoles más importantes de la Iglesia. San Pedro es el primero de ellos y San Pablo el gran misionero que amaba tanto a Jesús que murió por Él. Además hoy recordamos al Papa Benedicto y rezamos por él, pues es el sucesor de San Pedro.

Señor, ten piedad.
Tú que elegiste a San Pedro para darle las llaves. Señor, ten piedad.
Tú que le pediste a San Pedro que gobernase la Iglesia. Cristo, ten piedad.
Tú que siempre le quisiste y le ayudaste en los momentos difíciles. Señor, ten piedad.

Monición Primera lectura.-
En la Primera Lectura vamos a escuchar como Dios no dejó sólo a san Pedro. Herodes lo metió en la cárcel y cuando estaba encadenado a dos soldados recibió una visita misteriosa.

Monición Segunda lectura.-
San Pablo nos va a contar lo que sentía días antes de morir por Jesús. Él fue una persona que amaba muchísimo a Jesús y dedicó muchas horas a anunciar el Evangelio hasta morir por Él.

Monición evangelio.-
Hola soy Pedro. ¿Os acordáis del evangelio del domingo pasado? Sí, cuando nos preguntó Jesús qué era lo que la gente pensaba de él y quién era para nosotros. Pues bien, recordad que yo le respondí muy bien. Hoy vamos a escucharlo de nuevo, esta vez contado por el evangelista san Mateo y además estad atentos para saber lo que Jesús me va a dar.

Homilía.-
Tomamos como punto de partida las llaves: ¿para qué sirven? ¿quiénes son los que tienen las llaves? Si en la Iglesia hay un cuadro de San Pedro les pedimos que busquen a un santo que lleva en sus manos unas llaves.
También les mostramos una fotografía del Papa Benedicto XVI y les hablamos de él.
Peticiones.-

Para que Jesús ayude al Papa a enseñarnos el Evangelio. Roguemos al Señor.

Para que Dios escuche las oraciones que cada día le dirige el Papa Benedicto. Roguemos al Señor.

Para que Dios envíe misioneros a las tierras donde no conocen a Jesús. Roguemos al Señor.

Para que los cristianos queramos mucho al Papa. Roguemos al Señor.


Para que todas los cristianos estemos cada día más unidos con el Papa. Roguemos al Señor.

Para que los que han muerto estén con San Pedro y San Pablo. Roguemos al Señor.

Ofrendas.-
Te ofrecemos esta piedra, que representa al Apóstol Pedro.
Te ofrecemos estas llaves, que significan la autoridad del Papa.
El Pan y Vino nos recuerda tu presencia gracias a estar unidos al Papa por los sacerdotes y el obispo.

Oración:
Jesús,
te pedimos que ayudes al Papa
para que sea valiente y fiel pastor
que escuche lo que el Espíritu Santo
le habla a su corazón.
Que los obispos estén a su lado
con la oración y consejo.
Que los sacerdotes
le quieran con gran cariño
y sean dóciles a sus enseñanzas.
Que todos le queramos
y recemos por él todos los días.


JÓVENES EJEMPLARES:
SAN LUIS GONZAGA (21 de Junio)
En el número anterior descubríamos al patrono de la juventud africana, San Carlos Luanga. El mismo mes la Iglesia celebra al que es el patrono de toda la juventud, san Luis Gonzaga.
Ella se llamaba Maria Tana, pertenecía a la nobleza del ducado de Sabaya, muy jovencita fue enviada a la corte de los Valois en París donde se ganó la estima de la hia del rey Enrique II, Isabel. Cuando la joven princesa contrajo matrimonio con el rey Felipe II marchó con ella a Madrid. Y allí se conocieron. Él, don Ferrate, poseía el castillo de Castiglione. La pareja abandonó la corte de los Austrias para regresar al hogar paterno y allí nacieron siete hijos, entre ellos Luis, en 1568. El drama marcó la vida de ellos: tres murieron muy jóvenes, uno fue apuñalado, otro lo matará un tiro de arcabuz entre los brazos de su madre, herida con siete puñaladas, otro será un tirano y homicida y otro de sus hermanos será odiado por los súbditos. Pero Dios es capaz hacer centellear una estrella en medio de la oscura noche.
El noble niño vive, a pesar de la violencia que reinaba a su alrededor, una infancia feliz, instruyéndose en la oración, el amor a los pobres y la guerra. Con cinco años acompaña a su padre al campamento militar de las tropas españolas situado a las orillas del río Po, en espera de atacar Túnez. Tras el triunfo su padre marcha a Madrid.
Y Dios comenzó a trabajar aquel joven. Con tan solo diez años ha realizado una confesión general y ha hecho en silencio voto perpetuo de virginidad, pasando largas de oración. El 22 de Julio de 1580, tras entrevistarse con San Carlos Borromeo, Arzobispo de Milán, recibe la Primera Comunión. Dos años más tarde con su familia marcha a Madrid, donde es nombrado “menino” del Príncipe de Asturas D. Diego. Allí conoce al padre Fernando Paternó, jesuita, llevando una vida de penitencia. El 15 de Agosto de 1583 en la iglesia del Colegio Imperial de Madrid, después de celebrar la misa y comulgar, ora ante la imagen de Nuestra Señora del Buen Consejo y escucha una voz, invitándole a ingresar en la Compañía de Jesús. Ese mismo día pide consejo a su confesor, el Padre Paterno y lo comunica a su madre. Ésta se lo anuncia a su padre, quien responde amenazándole con azotarle y proponiéndole buscase otra orden donde conseguir dignidades eclesiásticas. Su respuesta fue: es una de las razones por las que he escogido la Compañía, cerrar de una vez la puerta a la ambición. El padre lo intenta mediante el General de los Observantes de San Francisco, un obispo,... Finalmente un día, enfermo de gota, pidió al gobernador de la ciudad fuese a ver a su hijo Luis, quien se encontraba en su habitación, arrodillado ante un crucifijo y azotándose sin piedad. Éste se lo comunicó, rompiendo las resistencias del padre. Luis renunció al principado y marchó a Roma, donde llegó el 19 de noviembre de 1585, presentándose al Padre General, Claudio Acquaviva. En los primeros días recibe la visita de cardenales y del Papa Sixto V. El 25 de noviembre entra en San Andrés del Quirinal y allí se desprende de todos los vestidos que traía (dos abrigos, dos sotanas, dos jubones,...), vistiendo como los demás y entregándose a la oración.
Tras dos años de noviciado pasó dos meses en el Gesú, ocupándose de los oficios más humildes y tres en Nápoles, estudiando metafísica. El 27 de noviembre de 1587 hizo los votos del bienio, ingresando en el Colegio Romano. La muerte de su padre le llevó de nuevo al hogar familiar con el fin de pacificar las tensiones en el seno de su familia, residiendo en un cuchitril debajo de la escalera del Colegio de Milán. De regreso a Roma ocupó un cuartucho encima de la escalera. A finales de 1590 y principios de 1591 la peste asoló la ciudad. El padre Acquaviva creó un pequeño hospital junto a su residencia, siendo asistidos los apestados por los jesuitas. Luis Gonzaga se movilizó. Acudió a todos los hospitales, escribió a su madre y hermano pidiéndoles ayuda. Pero el número de muertos aumentaba, alcanzando los 60.000. El 3 de marzo se encontró con un apestado en medio de la calle, se lo echó encima y lo llevó al hospital. Aquel mismo día enfermó.
“Deseo ser desatado de este cuerpo y estar con cristo”. En la medianoche del 20 al 21 de Junio de 1591, abrazado al crucifijo entregó su alma.

martes, 15 de junio de 2010

Nº 47. 25 de Junio de 2010

PRIMERA LECTURA
Lectura de la profecía de Zacarías 12, 10-11; 13, 1

Así dice el Señor:
«Derramaré sobre la dinastía de David
y sobre los habitantes de Jerusalén
un espíritu de gracia y de clemencia.

Me mirarán a mí, a quien traspasaron,
harán llanto como llanto por el hijo único,
y llorarán como se llora al primogénito.

Aquel día, será grande el luto en Jerusalén,
como el luto de Hadad-Rimón
en el valle de Meguido.»

Aquel día, se alumbrará un manantial,
a la dinastía de David y a los habitantes de Jerusalén,
contra pecados e impurezas.

Palabra de Dios.
MEDITACIÓN
Zacarías pertenece a los Doce Profetas Menores y el libro consta de dos partes muy distintas. La primera (1-8) gira entorno a la reconstrucción del templo y la restauración nacional (520 a.C.) y la segunda (9-14) escrita por otros autores y a la que pertenece este fragmento data de finales del siglo IV y principios del s.III a.C. Su influencia es notable en el Nuevo Testamento y en ella anuncia el resurgimiento de la Casa de David y la aparición de un misterioso personaje, “el Traspasado”, al tiempo que promete el Espíritu de gracia y clemencia.
De este modo el profeta comienza anunciando el Espíritu de gracia y clemencia. Dios nos ha enviado a nosotros este Espíritu que nos hace sensibles a la cruz de Cristo, a descubrir en el crucificado la presencia del mismo Dios y llorar con aquellos que en nuestro tiempo son los Cristos vivos, los traspasados. En tercer lugar y desde la cruz brota un manantial que nos purifica de nuestros pecados: los sacramentos.
Así pues el texto nos conduce a meditar entorno a la presencia en nuestro interior del Espíritu Santo, a contemplar a Cristo y en él a los que sufren y valorar los sacramentos, especialmente el de la Misericordia, como ámbito donde nuestros pecados son lavados.


SALMO RESPONSORIAL. Sal 62, 2. 3-4. 5-6. 8-9 (R/.: 2b)


R/. Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío.

Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti, como tierra reseca,
agostada, sin agua. R/.

¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios. R/.

Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos. R/.

Porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene. R/.

MEDITACIÓN
Con Israel: este salmo es una oración de confianza en Dios ante la presencia de un enemigo que pretende acabar con el orante. Para ello desarrolla su oración en tres tiempos: en la madrugada se levanta con la garganta reseca, pues habita en el desierto; por la noche recuerda a Dios y durante el día lo contempla y alaba, experimentando en todo momento la cercanía y protección de Dios.
Con Jesús: Jesús con su vida hizo suyas estas palabras, dedicando la noche y la madrugada a la oración, experimentando la sed en la cruz, donde su carne toda ella reseca por los azotes, golpes y clavos ansiaba la resurrección. En los evangelios alabó constantemente a Dios y su alimento, del que se sació, fue cumplir la voluntad del Padre. Toda su persona estuvo unida al Padre, quien le auxilió en la noche de la Pascua.
Con nuestro tiempo: ¡cuántas veces las personas añoramos a Dios! ¡Si tuviera la fe que tenía cuando estaba en los juniors, cuando era niño! Es la oración de quien va perdiendo la fe y sin embargo necesita a Dios, recuerda cuando le contemplaba en la Iglesia y, en el desierto en el que, apartándose de Dios, se ha convertido su vida, ora confiadamente.
Con los juniors: haz tuya esta oración, Jesús es a quien contemplas en los juniors, Él es quien te alimenta en la eucaristía y te sostiene en la oración.
Carlos G. Vallés. Busco tu Rostro. Sal Terrae.

«Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo, mi alma está sedienta de ti; mi carne tiene ansia de ti, como tierra reseca, agotada, sin agua. ¡Cómo te contemplaba en el santuario viendo tu fuerza y tu gloria!».
Esa es la palabra, clara y única, que define el estado de mi alma, Señor: sed. Sed física, casi animal, que quema mis entrañas y apergamina mi garganta. La sed del desierto, de las arenas secas y el sol ardiente, de dunas y espejismos, de yermos sin fin y cielos sin misericordia. La sed que se impone a todos los demás deseos y se adelanta a toda otra necesidad. La sed que necesita el trago de agua para vivir, para subsistir, para devolver los sentidos al cuerpo y la paz al alma. La sed que moviliza cada célula y cada miembro y cada pensamiento para buscar el próximo oasis y llegar a él antes de que la vida misma se queme en el cuerpo.
Tal es mi deseo por ti, Señor. Sed en el cuerpo y en el alma. Sed de tu presencia, de tu visión, de tu amor. Sed de ti. Sed de las aguas de la vida, que son las únicas que pueden traer el descanso a mi alma reseca. Aguas saltarinas en medio del desierto, milagro de luz y frescura, arroyos de alegría, juego transparente de olas que cantan y corrientes que bailan sobre la tierra seca y las piedras inertes. Resplandor en la noche y melodía en el silencio. Te deseo y te amo. En ti espero y en ti descanso.
Aumenta mi sed, Señor, para que yo intensifique mi búsqueda de las fuentes de la vida.

SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas 3, 26-29

Hermanos:
Todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús.
Los que os habéis incorporado a Cristo por el bautismo os habéis revestido de Cristo.
Ya no hay distinción entre judíos y gentiles, esclavos y libres, hombres y mujeres, porque todos sois uno en Cristo Jesús.
Y, si sois de Cristo, sois descendencia de Abrahán y herederos de la promesa.

Palabra de Dios.

MEDITACIÓN:
La carta a los Gálatas nos acompaña estos domingos. En ella el Apóstol responde a los ataques lanzados por los judaizantes quienes consideraban el cristianismo una rama más dentro del judaísmo y no aceptaban a Pablo como Apóstol. Los primeros capítulos defiende su ministerio. En el capítulo 3 aborda el problema que le planteaban los judaizantes: ¿es necesaria la Ley cuando uno es cristiano? El apóstol responde que ésta fue necesaria durante un tiempo, como una maestra. Pero una vez nos hemos encontrado con Cristo ya no estamos sujetos a ella, somos de Cristo. Y en él desaparecen toda diferencia.
De este modo Pablo nos corrige de la tentación que siempre hemos tenido los cristianos. Preferimos tener un Dios Señor a un Dios Padre, creer en Jesucristo Juez a creer en Jesucristo Amigo. Es más fácil vivir la religión desde la ley que desde el amor y eso lo sabemos muy bien a nivel humano. Es más fácil cumplir con el trabajo que con nuestros padres o la persona amada. El jefe sólo nos exige unas horas, una parte de nuestra vida, unas cualidades o profesionalidad. La persona amada nos exige toda la persona y todo el tiempo. Así el bautismo no es un contrato con el que Dios se compromete a darnos unos sacramentos, una formación y un código de valores y nosotros nos comprometemos a cumplirlos. El bautismo nos reviste de Cristo, somos Cristo, nos une como el matrimonio une al hombre y a la mujer, o la concepción une a los padres con el hijo. Es experiencia de amor total.
Así pues,¿cómo vivimos nuestra condición de educadores o de juniors? Estamos preparando el campamento, ¿con qué actitud nos adentramos en su preparación y ejecución? ¿como si fuésemos educadores contratados por el Ayuntamiento, intentando hacer muy bien nuestro trabajo y así alcanzar un alto nivel de satisfacción por parte de los niños? o ¿tomando conciencia que allí seremos Cristo, su corazón, sus manos, sus labios, sus pies, su persona?



EVANGELIO
+ Lectura del santo evangelio según san Lucas 9, 18-24
Una vez que Jesús estaba orando solo, en presencia de sus discípulos, les preguntó:
—«¿Quién dice la gente que soy yo?»
Ellos contestaron:
—«Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros dicen que ha vuelto a la vida uno de los antiguos profetas.»
El les preguntó:
—«Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?»
Pedro tomó la palabra y dijo:
—«El Mesías de Dios.»
Él les prohibió terminantemente decírselo a nadie. Y añadió:
—«El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día.»
Y, dirigiéndose a todos, dijo:
—«El que quiera seguirme, que se niegue a sí mismo, cargue con su cruz cada día y se venga conmigo. Pues el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la salvará.»
Palabra del Señor.
MEDITACIÓN
La liturgia nos ha hecho, si se me permite, una jugarreta que es importante aclarar de cara a la comprensión del texto. Si tomamos los evangelios de los tres últimos domingos el orden tal como lo presenta Lucas es: la pecadora arrepentida (pasado domingo) - multiplicación de los panes (Corpus) – profesión de fe de Pedro (este domingo).
Así pues dando un salto hacia hace dos semanas, tras la multiplicación de los panes Jesús pregunta a los apóstoles.
El texto comienza presentando a Jesús en oración. Ésta formó parte de la vida de Jesús, el mismo Lucas nos lo presenta en los momentos clave de su ministerio (bautismo, antes de elegir a los Doce, Transfiguración, Getsemaní,...). Tras la misión y multiplicación de los panes Jesús les dirige dos preguntas, una general y otra personal. La respuesta primera es la visión que tenía el pueblo, ésta no supera la de un profeta. Hoy también hay muchas personas que admiran a los cristianos por el bien que realizan, los consideran hombres y mujeres coherentes, héroes de nuestro siglo, personas de vida ejemplar, pero son incapaces de aceptar la razón que hay detrás de un misionero o un cristiano que vive lo que cree: la presencia de Dios en su vida. Así pues, no es tan moderno el no creer en Dios a pesar de los signos que ofrecen los buenos cristianos.
La segunda pregunta es más personal y Pedro, en nombre de los apóstoles, responde acertadamente: ha acogido a Jesús en su realidad más profunda, Él es el Mesías. Aún así necesitará un tiempo para comprender el significado real de su mesianismo. Su corazón está en un Cristo triunfante en este mundo, que establezca un gobierno teocrático, bajo el mandato de Dios y donde él tenga un cargo importante. Por eso necesita corregirle. El mesianismo de Jesús pasa por el fracaso a los ojos de este mundo y el triunfo a los ojos de la fe. El Jesús que conocieron los judíos es el Jesús que excluido por las autoridades religiosas y ejecutado. El Jesús que conocerán los apóstoles es el Jesús resucitado, el que supera la barrera del espacio y tiempo, el que entra en la eternidad de Dios. Pero el triunfo está cruzando el umbral de la muerte.
Y finalmente les ofrece una enseñanza clara, en sintonía con su identidad. El discípulo si acoge a Jesús como Mesías tendrá que correr la misma suerte, estar dispuesto a perder la vida en este mundo, a apagar la sed de triunfalismo. Al finalizar el capítulo 9 el evangelio comienza la subida a Jerusalén, una catequesis en la que Jesús desarrolla los puntos presentados en este fragmento.
También hoy nosotros que aceptamos a Jesús como Mesías, el Hijo de Dios, el Salvador y el Señor, tenemos la tentación de buscar el triunfo en este mundo, el éxito social gracias a ser discípulos de Cristo y rechazamos la cruz que representa el seguimiento, una cruz con unos trazos muy definidos en nuestro tiempo: el dejar de ser representativos en el pueblo o el barrio, el tener que sufrir acusaciones y burlas por ser hijos de la Iglesia, el cargar con el pecado de los miembros de la Iglesia, la ausencia de niños en los centros, la falta de vocaciones,... No es fácil perderse, es decir, perder el deseo de triunfalismo y sin embargo la claridad del Evangelio no permite darle la vuelta.


ORACIÓN DESDE LA METODOLOGÍA JUNIOR.

Experiencia:
En tu vida han pasado muchas personas, unas te han ayudado a ser mejores, otras te han hecho daño, las ha habido que han sido decisivas y sin ellas no pensarías igual o quizás no habrías escogido un determinado camino (estudios, profesión, vinculación a la parroquia, centro junior, noviazgo, matrimonio,...). ¿Por qué fueron importantes en tu vida? ¿qué te aportaron? ¿Si tuvieses que escribirles una carta qué les dirías?
Reflexión.-
También Jesús ha pasado por tu vida de muchas maneras. ¿Cómo lo has vivido a lo largo de tus años, es decir, cómo lo has visto? Quizás al principio era esa imagen que tu abuela o tus padres tenían en casa o al llegar a la Iglesia te indicaban. Después fue la ilusión de la Primera Comunión, alguien muy importante que ibas a recibir, tal como te lo enseñaban tus catequistas. En los juniors le conociste como un amigo. A los 14 años comenzaste a plantearte si realmente existía y las dudas que sembraban en ti algunos profesores o profesoras del instituto o algunos amigos tuyos te hicieron dudar de su existencia, quizás ahora te encuentres así, con un “¿?” respecto de Él. También puede haberte ocurrido que gracias a un Intensivo o un Compromesos o a las oraciones y formación del centro te has reencontrado con Él. Es el momento de dejarle a Él que te pregunte directamente.
Compromiso.-
Lee el evangelio y párate en la pregunta de Jesús: Y vosotros ¿quién decís que soy yo? Respóndele con sinceridad y dile lo que Él es para ti. Si respondes como Pedro sigue y hazte una segunda pregunta: ¿estoy dispuesto a cargar con la cruz, a aceptar que ser cristiano no ahora sino en el Evangelio no es ser “la Reina de los Mares” sino el que sigue a un excluido?
Celebración:
Deja que el Espíritu hable en tu corazón, como gesto besa la cruz con sinceridad, expresándole lo que Él es para ti, porque tengas la respuesta que tengas, lo cierto es que es que le amas y si ésta ha sido la de Pedro, al besarla, tómala en tus manos y pídele que infunda en ti valor para acogerla con las dos manos y los diez dedos, sin titubear.

ORACIÓN AL COMIENZO DE LA REUNIÓN

EXPERIENCIA:
Elementos presentes siempre en las oraciones: cruz de San Damián (Togo), icono de la Virgen María, Biblia abierta, vela apagada y cartel.

Signo de esta semana: en una parte fotografías de personajes importantes (Jaime I, Felipe II, Luis Vives, Descartes, Rousseuau, Napoleón, Ramón y Cajal, Severo Ochoa, Cervantes, Eisenhower, Gorbachov, Obama,...). Contemplamos los los rostros de los personajes históricos: ¿qué han hecho por la humanidad? ¿qué alcanzaron en su vida?

Preparación:

Proclamación del Evangelio: quitamos estas fotografías, encendemos la vela y proclamamos el Evangelio, bien leído, bien acompañado del powerpoint de las benedictinas http://www.benedictinescat.com/Montserrat/eucarcast.html

REFLEXIÓN:

Interiorización: ¿qué dice Jesús?, ¿qué me dice a mí? y ¿qué nos dice como equipo de educadores?

COMPROMISO:

Gesto: colocamos las fotografías de los misioneros, santos y mártires. Podemos explicar brevemente cada uno de ellos y entregar unas cuartillas con todos ellos. Cada educador acercará a la cruz aquel con quien más se identifique, expresando su deseo de imitar alguna de sus acciones (preocupación por los pobres, vida orante, defensa de los excluidos, asistencia a los enfermos, educación de los niños con dificultades,...).

CELEBRACIÓN:

Oración final: cantamos la canción misionero o la rezamos, desde nuestro encuentro con Cristo.


Oración.


"Dice la gente que este mundo es muy raro,
que lo que hay que hacer es pasar.

Que son muchos los que tienen problemas,
y porque les vas a ayudar.

Pero no les hagas caso,
pues en ellos no está la verdad.

Ese don que ignoras,
en tí lo han de encontrar.

Si lo descubres misionero serás.

Misionero serás,
misionero serás,
misionero de tu ciudad,
misionero que buscas la alegría en ayudar.
Misionero serás,
misionero serás,
misionero de tu ciudad,
misionero que ofreces toda tu vida a los demás.

Creen muchos que ser misionero es solamente viajar,
a todos los pueblos que aún no conoces,
y a ellos quisieras llegar.
Puedes ser misionero,
en tu propia ciudad,
pero intentarlo no es fácil,
Dios te ayudará.

Si lo consigues,
misionero serás.

GUIÓN CELEBRACIÓN DE LA EUCARISTÍA.
Monición de entrada:
Queridos hermanos:
El curso se está terminando, la catequesis de comunión y los juniors ya están de vacaciones y la próxima semana entraremos en el verano. Pero Jesús no se va de vacaciones, sino que un nuevo domingo quiere estar con nosotros y hoy además para hacernos una pregunta. Conforme sea nuestra respuesta será nuestra manera de vivir la misa y la vida.

Señor, ten piedad.
Tú que eres Dios. Señor, ten piedad.
Tú que moriste en la cruz. Cristo, ten piedad.
Tú que resucitaste. Señor, ten piedad.

Monición Primera lectura.-
El domingo pasado escuchábamos al profeta Natán, este domingo es el profeta Zacarías quien nos va a hablar para anunciarnos un personaje que todos conocemos y que él llama el Traspasado, ya podéis imaginar quien es.

Monición Segunda lectura.-
Escuchemos en la segunda lectura una enseñanza muy importante del Apóstol San Pablo y que todos deberíamos tenerla muy en cuenta.

Monición evangelio.-
Hola, soy Pedro otra vez. Si D. N. os preguntase quién es, diríais, pues está claro, un sacerdote. Jesús hizo una vez esto, nos hizo una pregunta que no sólo había que sabérsela como antes se sabían los niños las preguntas del catecismo. Eso es muy fácil, sino además la respuesta teníamos que decirla con nuestra vida.

Homilía.-
http://jgghomilias.blogspot.com/
http://www.benedictinescat.com/Montserrat/indexceramcast.html:
Se puede aplicar la oración, preguntarles a los chavales por los diferentes personajes, llevarlos donde se encuentre el crucificado, preguntarles y después que ellos extraigan como pueden cargar con la cruz (ayudando a sus padres, visitando a los abuelos o no quejarse cuando los padres en vez de ir a la playa se quedan cuidando del abuelo o abuela o se van a visitarlo al pueblo,...).
Peticiones.-

Para que Jesús ayude al Papa y los obispos a enseñarnos la verdad sobre Él. Roguemos al Señor.

Para que Dios premie a las personas que nos han ayudado a conocer más a Jesús durante este año: catequistas, monitores juniors y profesores de religión. Roguemos al Señor.

Para que todos los niños puedan tener unas vacaciones en paz y sin estar enfermos. Roguemos al Señor.

Para que no olvidemos a los niños que han sufrido el terremoto de Haití, las catástrofes naturales o las guerras y el hambre. Roguemos al Señor.

Para que los cristianos que son perseguidos encuentren en Jesús ayuda y consuelo. Roguemos al Señor.

Para que todos nos amemos mucho y no tengamos miedo a sufrir por ser cristianos. Roguemos al Señor.

Ofrendas.-
Con esta corona rota queremos decir que rechazamos el poder.
Con esta cruz te expresamos nuestro deseo de seguirte por ella.
Con el pan y vino expresamos nuestro deseo de amarte y acogerte en las cosas pequeñas para las personas pero grandísimas para ti y para nosotros, como es la eucaristía.

Oración:
Jesús,
quiero ser valiente
para anunciar el Evangelio
y los demás te conozcan.

Quiero ser valiente
para no dormirme en mis problemas
y ayudar a los que me necesitan.

Quiero ser valiente
para estar al lado de los niños
que los demás desprecian.

Quiero ser valiente
para decir a todos que Tú,
Jesús eres mi mejor amigo.

JÓVENES EJEMPLARES:
SAN CARLOS LUANGA Y 21 COMPAÑEROS
Nos encontramos ante unos jóvenes cercanos a nosotros gracias al movimiento Coeurs Vaillants, con quien gracias al Proyecto Togo nos hemos hermanado. Los jóvenes de allí tienen a estos santos por patronos y por tanto para nosotros son también importantes.
Nos encontramos en 1879, el rey Mutesa de Uganda acpeta que los Padres Blancos se instalen en su reino y prediquen el cristianismo con libertad. Sin embargo tres años más tarde los expulsa, marchando los misioneros y quedando una pequeña comunidad cristiana. Muerto el rey en 1884 el nuevo rey Mwanga autoriza la entrada de los misioneros, si bien no será un tiempo pacífico, pues comienzan a surgir una serie de problemas:
El monarca o kabaka se enamora de uno de sus pajes cristianos, deseando tener relaciones con él y encontrando la negativa como respuesta.
Los cristianos de la corte descubren una conspiración por parte del primer ministro, éste salva la vida gracias a la intercesión de los cristianos, ahora bien, se enemista con ellos.
El rey ordena el martirio del obispo anglicano Hannigton, recibiendo la recriminación por parte de los cristianos.
Finalmente enferma y pide a los misioneros medicinas, éstas al no ser bien utilizadas empeoran la salud del monarca y la acusación por parte de personas anticristianas de haber envenenado al rey. Y así se desata la persecución contra los cristianos, ordenando la muerte del mayordomo de palacio José Mukasa y prohibiendo la práctica del cristianismo. Éstos fueron prudentes y celebra la eucaristía y las catequesis en la clandestinidad, si bien el rey, sabedor lo tolera hasta que su hermana, convertida al cristianismo y bautizada con el nombre de Clara se niega a permitir los cultos paganos en la tumba real que ella cuida y descubre al armero de palacio Dionisio dando catecismo a su hijo y heredero al trono, atravesándolo con una lanza.
La persecución estalla en toda su virulencia. En la madrugada del 26 de Mayo de 1886 ordena martirizar a todos los cristianos de la corte. Éstos se reunen con Carlos Luanga, recibiendo el bautismo los catecúmenos y orando. Al amanecer el rey reúne a su Coseno y prohíbe el cristianismo. En el mismo palacio es martirizado el guardia real Ponciano Ngondwe.
El resto son conducidos hacia Namugongo, siendo decapitado ese mismo día Andres Kaggwa. El 27 la comitiva llega al poblado de Lubawo y allí Gonzaga Gonza cae exhausto al suelo, siendo alanceado, decapitado y sus restos abandonados al borde del camino.
El 30 muere Matias Mulumba Kalemba, un hombre de 50 años cuyo cuerpo es atado a un árbol, permaneciendo cubierto de heridas sangrantes durante tres días, sufriendo el aire, el sol, la sed, la fiebre y el acoso de miles de moscas.
El 31 es martirizado en el poblado de Mityna el catequista Noe Mawaggali, atado a un árbol sus entrañas son echadas a las hienas.
Llegados a Namugongo los mártires son encerrados en una cabaña. Al amanecer Carlos Luanga es separado y quemado a fuego lento en una hoguera, es el 3 de junio. Ese mismo día, envueltos en esteras son quemados Bruno Serunkuma, Lucas Banabakintu, Santiago Bazabaliawo, Ambrosio Kibuka, el niño Kizito, Mugagga, Gyavira, Mukasa Kiriwawanwu y Adolfo Mukasa Ludigo y Mbaga Tutar, a quien su padre intentó vanamente persuadir.
El 27 de enero de 1887 es degollado Juan Maria Muzeyi.
El 18 de Octubre de 1964, dia del Domund, Pablo VI los canoniza.