miércoles, 4 de agosto de 2010

Nº 51. 8 de Agosto de 2010

PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de la Sabiduría 18. 6-9

La noche de la liberación
se les anunció de antemano a nuestros padres,
para que tuvieran ánimo,
al conocer con certeza la promesa de que se fiaban.
Tu pueblo esperaba ya la salvación de los inocentes
y la perdición de los culpables,
pues con una misma acción castigabas a los enemigos
y nos honrabas, llamándonos a ti.
Los hijos piadosos de un pueblo justo
ofrecían sacrificios a escondidas
y, de común acuerdo, se imponían esta ley sagrada:
que todos los santos serían solidarios
en los peligros y en los bienes;
y empezaron a entonar los himnos tradicionales.

Palabra de Dios.


MEDITACIÓN
El libro de la Sabiduría fue escrito en griego, posiblemente en Alejandría, la ciudad más importante de Egipto, foco cultural en los años en los que fue escrito, la segunda mitad del s.I.
El autor es un judío de la diáspora, es decir, aquellos que emigraron de Palestina y se insertaron en la cultura griega, asumiendo la lengua pero manteniendo viva la fe en el Dios de Israel. Así en la segunda parte (11,2-19,22) el autor compara la infidelidad de Egipto frente a Israel, comentando las plagas y el éxodo.
De este modo el fragmento proclamado este domingo nos presenta la noche de la pascua y la muerte de los primogénitos. La tesis del autor es el cumplimiento de la ley del talión: Dios castiga a quienes han oprimido a su pueblo. Puede parecernos excesivamente violento, pero hemos de meditarlo desde la situación de quienes lo escriben.
La liberación de Egipto representa la respuesta de Dios a los que sufren, a esas personas oprimidas por el yugo de la esclavitud. Así la noche de la Pascua es la noche de la esperanza de los últimos, los que han sido sometidos, esperanza en un Dios que no los ha abandonado. Y en ellos descubrimos a los pueblos y a sus miembros que en nuestro tiempo también esperan la liberación, manteniendo viva la esperanza.
Israel por otra parte nos representa a nosotros. Frente a otras formas de diversión y otro estilo de vida, nosotros estamos convencidos que la única capaz de llenar el corazón del ser humano es la que brota del Evangelio y aunque sufrimos la burla, esperamos un día descubran esta verdad.
SALMO RESPONSORIAL. Sal 32, 1 y 12. 18-19. 20 y 22 (R/.: 12b)


R/. Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad.

Aclamad, justos, al Señor,
que merece la alabanza de los buenos.
Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor,
el pueblo que él se escogió como heredad. R/.

Los ojos del Señor están puestos en sus fieles,
en los que esperan en su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y reanimarlos en tiempo de hambre. R/.

Nosotros aguardamos al Señor:
él es nuestro auxilio y escudo;
que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti. R/.
MEDITACIÓN
Con Israel: es un salmo en el que invita a los “Anawin”, es decir, los pobres, los humildes, los que en sus penalidades confían en Dios, a alabarle. A pesar de los sufrimientos los judíos creyentes siguen esperando en Dios, orgullosos de ser la nación escogida en quienes Dios ha fijado su mirada para darles vida.
Con Jesús: ¡cuántas veces se fijó Jesús en los Anawin! Él es el cumplimiento de sus esperanzas y a ellos dirige las bienaventuranzas, proclamando felices a los pobres. Por ellos da gracias al Padre que les ha revelado estas cosas a los pobres y humildes. Y este salmo es un retrato de la esperanza de Jesús, de su corazón.
Con nuestro tiempo: somos nosotros los que no creemos en Dios. Paradógicamente Occidente que tiene todo para dar gracias a Dios (alimentos, sanidad, educación, seguridad,…) se ha vuelto contra Él. Lejos de bendecirle por cuanto tiene le ha abandonado y así quienes viven en los países ricos se consideran ateos, agnósticos, no practicantes, laicistas,… y buscan apartar a Dios de la sociedad. ¿No seremos nosotros esos ricos, estómagos saciados? Pero cerca de nosotros, al otro lado del estrecho, en los cayucos y las pateras, una multitud de hombres y mujeres navegan con el rosario en el cuello o recitando versículos del Corán. Ellos confían en Dios, esperan en quien ha fijado sus ojos en ellos, a pesar de las olas que amenazan hundir la patera o de los radares que les delatan y les obligan a regresar a la miseria. Y al final, ¿dónde está Dios?
Con los juniors: muchas son las asociaciones juveniles que hay en nuestro país: deportivas, culturales, excursionistas, políticas,… El salmo nos invita a sentirnos orgullos, no tanto por el número, ni por lo bien que organizamos los campamentos, ni por el buen ambiente que hay en nuestros centros, sino porque somos un movimiento donde Dios es el Señor, un centro junior que Él se escogió como heredad. Ésta es la raíz de nuestra felicidad, de la satisfacción al concluir el campamento y el curso. El resto es importante, nos ayuda, pero secundario y relativo. Nuestro gozo está en tener a Dios como centro dinamizador, como absoluto, origen, medio y fin del movimiento junior.
Carlos G. Vallés. Busco tu Rostro. Sal Terrae.

«El Señor deshace los planes de las naciones, frustra los proyectos de los pueblos; pero el plan del Señor subsiste por siempre; los proyectos de su corazón, de edad en edad».
Estas palabras me tranquilizan, Señor, como han de tranquilizar a todos los que se preocupan por el futuro de la humanidad. Leo los periódicos, oigo la radio, veo la televisión, y me entero de las noticias que día a día pesan sobre el mundo. «Los planes de las naciones». Todo es violencia, ambición y guerra. Naciones que quieren conquistar a naciones; hombres que traman matar a hombres. Cada nueva arma en la carrera de armamentos es testigo triste e instrumento potencial de los negros pensamientos que tienen hombres en todo el mundo, de «los planes de las naciones» para destruirse, unas a otras. Desconfianza, amenazas, chantaje, espionaje... La pesadilla internacional de la lucha por el poder en el mundo, que amenaza a la existencia misma de la humanidad.
Ante la evidencia brutal de violencia en todo el mundo, hombres de buena voluntad sienten la frustración de su impotencia, la inutilidad de sus esfuerzos, la derrota del sentido común y la desaparición de la cordura del escenario internacional. «Los planes de las naciones» traen la miseria y la destrucción a esas mismas naciones, y nada ni nadie parece poder parar esa loca carrera hacia la autodestrucción. Más aún que la preocupación por el futuro, lo que entristece hoy a los hombres que piensan es la pena y la sorpresa de ver la estupidez del hombre y su incapacidad de entender y aceptar él mismo lo que le conviene para su bien. ¿Cuándo parará esta locura?
«El Señor deshace los planes de las naciones». Esa es la garantía de esperanza que alegra el alma. Tú no permitirás, Señor, que la humanidad se destruya a sí misma. Esos «planes de las naciones», en su edición inicial, eran los planes de los reinos vecinos de Israel para destruirlo y destruirse unos a otros. Y esos planes fueron desarticulados. La humanidad sigue viva. La historia continúa. Es verdad que en esa historia continúan los planes de las naciones para destruirse unas a otras, pero también continúa la vigilancia del Señor que aleja el brazo de la destrucción de la faz de la tierra. El futuro de la humanidad está a salvo en sus manos.
Contra «los planes de las naciones» se alzan «los planes de Dios», y ése es el mayor consuelo del hombre que cree, cuando piensa y se preocupa por su propia raza. No conocemos esos planes, ni pedimos que se nos revelen, ya que nos fiamos de quien los ha hecho, y nos basta saber que esos planes existen. Siendo los planes de Dios, han de ser favorables al hombre y han de ser llevados a cabo sin falta. Esos planes protegerán a cada nación y defenderán a cada individuo de mil maneras que él no conoce ahora, pero que descubrirá un día en la alegría y la gloria de la salvación final. La victoria de Dios será, en último lugar, la victoria del hombre y la victoria de cada nación que a sus planes se acoja. Los planes de Dios son el comienzo sobre la tierra de una eternidad dichosa.
«El plan del Señor subsiste por siempre; los proyectos de su corazón, de edad en edad». La historia de la humanidad en manos de su Creador.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta a los Hebreos 11, 1-2. 8-19
Hermanos:
La fe es seguridad de lo que se espera, y prueba de lo que no se ve.
Por su fe, son recordados los antiguos.
Por fe, obedeció Abrahán a la llamada y salió hacia la tierra que iba a recibir en heredad. Salió sin saber adónde iba.
Por fe, vivió como extranjero en la tierra prometida, habitando en tiendas —y lo mismo Isaac y Jacob, herederos de la misma promesa—, mientras esperaba la ciudad de sólidos cimientos cuyo arquitecto y constructor iba a ser Dios.
Por fe, también Sara, cuando ya le había pasado la edad, obtuvo fuerza para fundar un linaje, porque juzgó digno de fe al que se lo prometía.
Y así, de uno solo y, en este aspecto, ya extinguido, nacieron hijos numerosos como las estrellas del cielo y como la arena incontable de las playas.
Con fe murieron todos éstos, sin haber recibido lo prometido; pero viéndolo y saludándolo de lejos, confesando que eran huéspedes y peregrinos en la tierra.
Es claro que los que así hablan están buscando una patria; pues, si añoraban la patria de donde habían salido, estaban a tiempo para volver.
Pero ellos ansiaban una patria mejor, la del cielo. Por eso Dios no tiene reparo en llamarse su Dios: porque les tenía preparada una ciudad.
Por fe, Abrahán, puesto a prueba, ofreció a Isaac; y era su hijo único lo que ofrecía, el destinatario de la promesa, del cual le había dicho Dios:
«Isaac continuará tu descendencia.»
Pero Abrahán pensó que Dios tiene poder hasta para hacer resucitar muertos.
Y así, recobró a Isaac como figura del futuro.

Palabra de Dios.
MEDITACIÓN:
En su cuarta parte el autor de la carta a los Hebreos ofrece a los cristianos perseguidos y por tanto desconcertados el ejemplo de Abraham y Sara como modelos de hombre y mujer de fe. Ciertamente la fe no es saber cosas de Dios, es esperar en él a pesar de que las circunstancias, como ocurrió en tiempos de los patriarcas y los primeros cristianos, contradigan esta esperanza.
Fe es creer en lo humanamente imposible, de ahí la grandeza de la fe. Pues los hombres y mujeres movemos nuestra vida desde esta esperanza. Los grandes personajes de la historia creyeron en las utopías porque tenían fe en Dios, lo esperaban todo en él. Pensemos en Martin Luther King u Oscar Romero.
EVANGELIO
+ Lectura del santo evangelio según san Lucas 12, 32-48
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
— «No temas, pequeño rebaño, porque vuestro Padre ha tenido a bien daros el reino.
Vended vuestros bienes y dad limosna; haceos talegas que no se echen a perder, y un tesoro inagotable en el cielo, adonde no se acercan los ladrones ni roe la polilla. Porque donde está vuestro tesoro allí estará también vuestro corazón.
Tened ceñida la cintura y encendidas las lámparas. Vosotros estad como los que aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle apenas venga y llame.
Dichosos los criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela; os aseguro que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y los irá sirviendo.
Y, si llega entrada la noche o de madrugada y los encuentra así, dichosos ellos.
Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón, no le dejaría abrir un boquete.
Lo mismo vosotros, estad preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre.»
Pedro le preguntó:
— «Señor, ¿has dicho esa parábola por nosotros o por todos?»
El Señor le respondió:
— «¿Quién es el administrador fiel y solícito a quien el amo ha puesto al frente de su servidumbre para que les reparta la ración a sus horas?
Dichoso el criado a quien su amo, al llegar, lo encuentre portándose así. Os aseguro que lo pondrá al frente de todos sus bienes.
Pero si el empleado piensa: “Mi amo tarda en llegar”, y empieza a pegarles a los mozos y a las muchachas, a comer y beber y emborracharse, llegará el amo de ese criado el día y a la hora que menos lo espera y lo despedirá, condenándolo a la pena de los que no son fieles.
El criado que sabe lo que su amo quiere y no está dispuesto a ponerlo por obra recibirá muchos azotes; el que no lo sabe, pero hace algo digno de castigo, recibirá pocos.
Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá; al que mucho se le confió, más se le exigirá.»
Palabra del Señor.

MEDITACIÓN
El evangelio de este domingo comienza con una imagen impregnada de ternura. Jesús se refiere a nosotros como pequeño rebaño y ciertamente en nuestra sociedad, dejando atrás los siglos de las grandes multitudes, los seguidores de Jesús somos una minoría, un pequeño rebaño. Y al igual que los anawin de la primera lectura hemos de ser conscientes de la pequeñez y a la vez de la presencia de Dios. El número es relativo, lo que importa es estar unido a Jesús, vivir el gozo de saber que somos pequeños pero de Dios, quien nos ha dado el Reino para que como la levadura germine a través de nosotros en la sociedad.
Pero para que el Reino germine en la sociedad, primero ha de arraigar en nosotros, por lo que hemos de compartir con los demás. El amor a Dios y a los necesitados es inseparable. Descubrir en Cristo nuestro tesoro nos lleva a ser desprendidos con lo que para nosotros es lo más importante.
A continuación cambia la temática, centrándose ésta en la necesidad de la vigilancia y para ello se sirve de tres cortas parábolas:
La primera se refiere a la venida de Jesús, al paso de Dios por nuestra vida. Como el pueblo de Israel en la noche de la Pascua hemos de estar despiertos para acogerle. Pero a diferencia de los señores de la tierra, Jesús que es el Señor, cuando venga si nos encuentra vigilantes no se sentará en la mesa para que le sirvamos. Él nos hará sentar a la mesa y nos servirá. En la tarde del Jueves Santo Jesús lavó los pies a los apóstoles.
La segunda compara la venida de Jesús a la de un ladrón, invitando a los oyentes a permanecer en alerta.
La tercera nos presenta a dos criados que suplen las funciones del amo en ausencia de éste. Uno es responsable y respeta a la servidumbre, el otro se aprovecha de la ausencia.
De este modo Jesús nos invita a estar vigilantes. Nuestro presente hemos de construirlo desde esta actitud, sabiendo que Él un día, en la noche de la muerte, llegará y nos exigirá que le rindamos cuentas. Sin vivir aterrorizados, pero sí responsablemente.
Por otra parte nosotros somos educadores y por tanto en el centro junior Jesús, a través del consiliario nos da una responsabilidad. Ante ella podemos actuar como el criado fiel, tratando de cumplir con nuestras obligaciones o ser como el criado infiel que se aprovecha de su condición de educador.

LOS SANTOS PADRES
Es un pequeño rebaño para el mundo, pero es grande para Dios. Pequeño, porque Él ha instruido con la inocencia del cordero y la mansedumbre cristiana a aquellos que llama gloriosos.
Pedro Crisólogo

¿Qué significa mantener las lámparas encendidas? Brillar y afanarse en buenas obras, lo que es propio de la justicia.
Agustín

Para nosotros hay tres edades. La primera es la infancia, la segunda es la edad adulta y la tercera es la ancianidad. Ahora bien, la primera de ellas, enn la que aún somos niños, no es llamada por Dios a rendir cuentas, sino que es juzgada como digna de perdón en razón de la inocencia del alma y por la debilidad del entendimiento. La segunda y la tercera deben obediencia y piedad de vida a Dios de acuerdo a su voluntad.
Cirilo de Alejandría


ORACIÓN DESDE LA METODOLOGÍA JUNIOR.

Experiencia:
Contempla esta imagen. Es un cofre, es el tesoro de tu vida. Intenta con las manos abrirlo y con la imaginación ver lo que hay dentro: lo más importante de tu vida, por lo que morirías, aquello que te llevarías a una isla desierta, lo que perderlo te haría entrar en un túnel oscuro. Míralo bien, entre en tu corazón y descubre lo que realmente te importa en tu vida, por lo que vives, luchas y te sacrificas. Una vez lo hayas encontrado separa las personas de las cosas materiales: ¿cuáles son esas cosas que tienen un gran valor para ti y que si te las robasen te llevarías un gran disgusto?, ¿de cuáles de ellas estás dispuesto a prescindir?
Reflexión.-
Toma la Biblia en tus manos. Si no la tienes cerca, mejor. Ve y búscala como si fuese un tesoro. Acércate a ella de igual manera, como si fuese la primera vez que encuentras este libro del que te han hablado muy bien, con admiración y curiosidad. Ábrela como quien abre un cofre y busca el evangelio del domingo (la cita se encuentra en la transcripción de éste), lenta y pausadamente. Comienza a leer hasta que encuentres la frase “donde está tu tesoro allí está tu corazón” o semejante. Cierra los ojos, repite varias veces esta frase de Jesús y piensa: ¿cuál es mi tesoro?, ¿para Jesús cuál ha de ser mi tesoro? Deja que la palabra vaya impregnando tu alma. ¿Forma Jesús parte del tesoro de tu vida? ¿está dentro o fuera del cofre? Jesús nunca va sólo, Él nos remite a los demás. En el evangelio comienza invitándonos a compartir y concluye exigiéndonos ser responsables en nuestra tarea como educadores. Tú en sí mismo eres un tesoro para Dios, pero no lo eres para ti mismo, sino para los demás. ¿Cuáles son tus riquezas (carácter abierto, preparación, formación, espíritu ecologista, madurez, serenidad ante los conflictos,…), ¿los compartes con los demás? ¿en el campamento a quién te has parecido más al criado fiel o al criado infiel? Si vas a emprender el campamento, ¿con qué actitud vas, con la de pasártelo bien, sentirte querido por los niños del grupo y disfrutar con el equipo de educadores que consideras tus mejores amigos o la de trabajar y dar todo lo que puedas de ti mismo?
Compromiso.-
Jesús te invita a compartir. Lleva tus manos al bolsillo, ¿cuánto dinero llevas? Después de la oración separa la cantidad que desees y dalo a las personas necesitadas a través de Cáritas u otra institución.
Celebración:
Lleva tus manos al corazón y repite al ritmo de los latidos: Jesús, tú eres mi tesoro.

Oración.


Señor,
comienza el mes de agosto
atrás queda el curso
y el campamento.
Son días de descanso,
y tú sigues llamándome,
Tú no descansas,
de noche y de día
velas por mi vida.
Me llamas a continuar tu obra
la que iniciaste hace dos mil años,
la que soñaba con un mundo
donde uno sólo fuese el Padre
y todos viviésemos como hermanos.
Tú me llamas a buscarte a ti
en los días cálidos de agosto,
a encontrarte en la oración
paseando por la playa,
el monte o el río,
a sentirte cerca
y descubrir en ti mi tesoro,
el que llena el alma de paz
y me lleva a la serenidad
de saber que todo es transitorio,
todo puede ser destruído
por la carcoma del tiempo,
sólo Tú permaneces,
sólo Tú eres siempre,
eternidad sin comienzo ni fin.
Señor,
ayúdame a descubrir en Ti
mi tesoro
para darme a los demás,
sin miedo a perderme,
totalmente,
con generosidad desbordante,
manteniendo así viva
la llama de tu amor.
GUIÓN CELEBRACIÓN DE LA EUCARISTÍA.
Monición de entrada:
Queridos hermanos:
En la eucaristía siempre, a pesar de la luz eléctrica, arden dos lámparas y con ellas expresamos nuestra situación. Somos como los criados que aguardan a su Señor con las lámparas encendidas.
Pero ¿hemos venido así a la misa? o ¿más bien estamos mirando el reloj con ganas de que se termine pronto y pensando más en el calor que en la celebración?
Si es así volamos a encender las lámparas, estemos despiertos pues Jesús va a hacerse presente en medio de nosotros, nos va a hablar en la Palabra y a entrar en nuestro corazón en la comunión.

Señor, ten piedad.
Porque Dios es sólo una parte insignificante de la semana. Señor, ten piedad.
Porque nos distraemos en misa. Cristo, ten piedad.
Porque no estamos vigilantes ante tu presencia. Señor, ten piedad.

Monición a las lecturas.
En la primera lectura escucharemos como Dios salva a su pueblo de la esclavitud de Egipto. Mientras en la segunda san Pablo nos invitará a mantener la esperanza como hicieron Abraham y Sara, pues amar es creer en lo imposible.

Monición evangelio.
Hola: soy Pedro. Mirad un día Jesús comenzó a hablarnos. Yo al final no sabía si lo decía por mí o por los otros. Y sabéis que me dijo. Ah, estad atentos al evangelio. Primero os dirá frases muy bonitas, después os contará unas historias para animaros a estar vigilantes y también os dará la respuesta que a mí me dio.

Peticiones.-

Por nuestro Obispo Carlos y nuestra Archidiócesis de Valencia. Roguemos al Señor.
Por los gobernantes y los que tienen la misión de dar solución a la crisis que estamos sufriendo. Roguemos al Señor.
Por las personas que estos días están de vacaciones descansando en las playas y los pueblos. Roguemos al Señor.
Por los que estas vacaciones estarán trabajando en las zonas turísticas. Roguemos al Señor.
Por nuestro pueblo que comienza la próxima semana las fiestas en honor al Cristo de la Agonía. Roguemos al Señor.
Por los misioneros que se dan a sí mismos, dejando la comodidad de nuestros países para ir a vivir en los países más pobres. Roguemos al Señor.
Por nosotros, por nuestras familias y por todas aquellas personas que hoy queremos recordar delante de Dios. Roguemos al Señor.


JÓVENES EJEMPLARES:
Beato Pedro Jorge Frassati
Nació el 9 de abril de 1901 en Turín. Su padre fue don Alfredo Frassati, agnóstico, empresario, funddor, director y propietario del periódico liberal La Stampa, político destacado que llegó a ser embajador en Alemania, si bien su oposición a Mussolini le llevó a abandonar la política. Y su madre doña Adelaida Amets fue una católica practicante que se preocupó por la educación de su hijo.
Pier Giorgio cursó estudios en el Liceo Massimo d’Azaglio y posteriormente en el Istituto Sociale de los padres jesuitas. A los trece años entró a formar parte de la Asociación del Santísimo Sacramento y del Apostolado de la Oración. A los 16 ingresó en la Cofradía del Rosario y en las Conferencias de San Vicente de Paúl.
Joven deportista practicaba el ciclismo, el futbol, la equitación y el alpinismo.
A los 18 años ingresó en el Politécnico, matriculándose en Ingeniería de Minas y en la Orden de Predicadores como dominico seglar, formando parte de la Federación Universitaria Católica Italiana. A los 19 años se afilió al Partido Popular Italiano, fundado por el sacerdote don Luigi Sturzo. Por aquellos años el interés social del joven era notable, visitando a los enfermos y familias necesitadas, a quienes llevaba medicinas o alimentos.
Sin embargo su vida quedó truncada por la enfermedad, la poliomielitis galopante de orden infeccioso. Ésta mostró los primeros síntomas el 1 de julio y el 4 del mismo mes, tras recibir los últimos sacramentos y en brazos de su madre, murió.
Su pasión por la montaña le llevó a afirmar: “cada día que pasa me enamoro más perdidamente de la montaña” y así se entregaba al esquí y el alpinismo, buscando una iglesia donde asistir a misa y comulgar.